Las bolsas, cansadas de andar sin rumbo
por Carmen Ramos en Expansión
Una cierta apatía se está instalando en los parquíés, ya que los inversores llevan muchas semanas esperando que las referencias económicas mejoren y los indices bursátiles logren salir de esa banda lateral en la que han pasado el verano.
Evidentemente muchos inversores no compartirán esta percepción ya que aún se estarán frotando las manos por la fuerte revalorización que los índices vivieron en junio y julio o el buen comienzo de septiembre. Otros, tampoco lo secundarán, ya que vendieron en la caída de mayo y han preferido mantenerse al margen y disfrutar de sus vacaciones. Sin embargo, el grueso de los inversores a medio y largo plazo puede tener esta percepción, ya que la mayoría de índices bursátiles está en los mismos niveles que hace unos meses y, además, se muestran incapaces de recuperar los niveles que alcanzaron en abril.
Las bruscas caídas que las bolsas sufrieron en el mes de mayo se desencadenaron al darse a conocer la grave situación de la economía griega. A partir de ahí, las dudas sobre la viabilidad de la Unión Europea, la especulación contra el euro o la salida en desbandada de las empresas de los llamados países perifíéricos, alimentaron las ventas.
Sin duda, unos motivos de peso, pero insuficientes para doblegar a la principal bolsa del mundo, la de Nueva York. Y lo cierto es que poco a poco se fue dando a conocer que tambiíén en aquella parte del Atlántico había problemas. En el segundo trimestre del año la recuperación económica se ralentizó significativamente, de manera que la esperada creación de puestos de trabajo se iba a posponer. Lo cierto es que los datos macro chirriaban de forma continua pero hasta que no se dio a conocer el brusco descenso del PIB, el Gobierno de EEUU no mostró que iba a tomar cartas en el asunto.
Hay que esperar que la batería de medidas anunciadas por Obama para animar la economía y generar empleo se aprueben y pongan en vigor lo antes posible, pero en tanto no mejore de forma significativa el mercado laboral, no repuntará la confianza de los consumidores ni se animarán las bolsas. Eso sí, en principio tampoco hay que esperar ningún descalabro, por tanto se puede ir picoteando en las empresas con sólidos fundamentales y buenas perspectivas.