La necesidad de la banca por captar recursos, en un momento de fuerte incertidumbre sobre su capacidad de financiación en los mercados mayoristas, ha sumido a bancos y cajas en una guerra sin tregua por captar el ahorro. En el punto de mira se han colocado, junto a los clientes particulares, las empresas con liquidez y puntas de tesorería boyantes.
Aunque, en conjunto, el volumen de los depósitos contratados por las familias es significativamente superior al de las corporaciones, el ritmo de crecimiento de los productos de ahorro entre íéstas últimas ha despuntado con fuerza desde que estalló la crisis.
Entre diciembre de 2007 y el pasado mes de julio –último dato disponible del Banco de España–, el saldo que las entidades financieras tienen en imposiciones a plazo fijo de empresas se ha disparado un 42%, pasando de 70.192 millones a 101.021 millones. Sólo en los primeros siete meses de este año, la banca ha captado 8.070 millones de euros de empresas.
Por su parte, el volumen de depósitos de particulares ha subido en la crisis un 23% hasta situarse en julio en 406.232 millones de euros.
Varias entidades consultadas por EXPANSIí“N reconocen que la desconfianza empresarial y la gran necesidad de la banca por mejorar su liquidez han convertido a las empresas en un reclamo, “ya que cada operación de tesorería representa una fuerte inyección de liquidez para la entidadâ€.
Según las mismas fuentes, las firmas más interesantes son las que facturan a partir de 10 millones al año y generan flujos de caja abundantes, como distribuidoras, empresas de alimentación o farmacíéuticas.
Francisco Díaz, director de Empresas de Sabadell, señala que “las empresas, al igual que los hogares, ante la incertidumbre para acometer nuevas inversiones, han acentuado su tendencia al ahorro, traspasando parte de sus recursos hacia los depósitosâ€.
“Aunque la creciente remuneración de los depósitos favorece el proceso de ahorro en detrimento de la inversión, a medida que las expectativas económicas mejoren, la tendencia debería invertirseâ€, puntualiza Jacobo Díaz, director de empresas de Bankinter.
En la misma línea, Josíé Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi, coincide en que “el alto nivel de generación de caja de algunas empresas, la elevada sobrecapacidad de producción y la presión de la banca para captar pasivo son los tres factores que sustentan esta tendencia.
Tipos al alza
La necesidad de la banca se traduce en tipos de interíés que, como en el caso de los depósitos a particulares, llegan hasta el 4,5%. “Incluso alguna caja vasca está dando un 4,75%â€, indica el ejecutivo de un banco.
Los datos del Banco de España muestran un notable incremento en los intereses de estos productos durante los últimos meses. En julio, las nuevas operaciones se remuneraron a una tasa media del 2,12%, 40 puntos básicos más que un mes antes. Los depósitos para plazos de entre uno y dos años dieron en julio un interíés medio del 2,88% (100 puntos básicos más que en junio). Esta tasa supera la que la banca ofrece por depósitos a particulares.
Antes de que la crisis irrumpiera en los mercados, hace ya casi tres años, las empresas contrataban depósitos a plazos que raramente excedían los tres meses. Lo más habitual era optar por repos, deuda pública a corto plazo y cesiones temporales. Sin embargo, actualmente, la ausencia de inversiones atractivas está llevando a muchas firmas a optar por productos de ahorro hasta 12 meses, para maximizar el rendimiento del excedente de liquidez en las tesorerías.
Los atractivos precios a los que se remunera el pasivo, superiores a los del activo, empuja a las empresas a mantener su liquidez, en lugar de amortizar sus deudas.
Ráting y precio
“Las grandes corporaciones buscan ráting y precio a la hora de depositar su dinero en alguna entidadâ€, explica el directivo de un banco. De ahí que los grandes bancos y cajas sólidas, como La Caixa puedan permitirse captar pasivo de empresas a precios inferiores que otras firmas. Otro de los factores que las compañías tienen muy en cuenta antes de formalizar un depósito con una entidad es la penalización por cancelación anticipada. En general, la banca aplica una comisión del 1% sobre los intereses devengados.
Puntos clave
1-Ante la incertidumbre actual, las empresas prefieren colocar su liquidez en depósitos, en lugar de acometer inversiones.
2-La banca necesita recursos y los depósitos de empresas le facilitan fuertes volúmenes en cada operación.
3-Las empresas rentabilizan más sus excendentes de liquidez con estos productos que amortizando deuda.
