El grupo francíés de prensa Le Monde, que atraviesa serias dificultades financieras, va a recibir 110 millones de euros de sus nuevos accionistas, Pierre Bergíé, Matthieu Pigasse y Xavier Niel, que en conjunto controlarán al menos el 51% del capital.
El diario 'Le Monde' (principal activo del grupo) indicó hoy que su consejo de vigilancia aprobó por unanimidad la cesión de control a esos nuevos inversores, que se materializará una vez que la asamblea general díé su visto bueno el próximo 2 de noviembre.
A partir de entonces se llevará a cabo una ampliación de capital de al menos 25 millones de euros, mientras que 35 millones de la nueva inyección se dedicarán al reembolso de obligaciones de deuda y 10 millones a la creación de un “polo de independencia†constituida por la sociedad de redactores y la de lectores.
Este “polo de independencia†se quedará con un 34% de los títulos de la empresa que le darán una minoría de bloqueo.
Los conocidos hasta ahora como accionistas externos -el español Prisa, el francíés Lagardí¨re, Le Nouvel Observateur y La Stampa principalmente- tendrán que decidir quíé hacen con sus participaciones respectivas.
'Le Monde' indicó que Prisa (que controlaba hasta ahora el 15%) ha decidido continuar, lo que acarreará una disminución automática de su porcentaje en el capital.
En el nuevo consejo de vigilancia, de los 18 miembros a diez los nombrarán Bergíé, Pigasse y Niel, seis más los del “polo de independenciaâ€, uno Prisa y otro Lagardí¨re.
Para garantizar la independencia editorial, el grupo se ha dotado de un código íético para el conjunto de las publicaciones, y de dos comitíés de íética y deontología, uno para 'Le Monde' y otro para el resto de publicaciones.
Ese código íético prevíé que los accionistas limiten sus poderes a los fijados por el derecho de sociedades, al tiempo que se comprometen con la “independencia editorialâ€, en particular absteniíéndose de participar en las decisiones sobre los contenidos.
Tampoco podrán participar en los consejo de redacción, salvo que sean invitados por la dirección o por la propia redacción, pero en ese caso no podrán intervenir y tampoco podrán encargar, modificar o impedir la publicación de un artículo