Tal como era de esperar, la exhibición alcista del viernes dio paso ayer a una sesión de consolidación provocada por la sobrecompra y el cansancio del mercado. Además, los recortes en Wall Street fueron muy reducidos, lo que siempre es una señal de fortaleza: del 0,44% para el Dow Jones, del 0,57% para el S&P 500 y del 0,48% para el Nasdaq.
Así pues, lo más probable sigue siendo que se reanude el ataque alcista y que las resistencias sean batidas definitivamente en las próximas sesiones. Ahora bien, el hecho de que el mercado se haya vuelto a arrugar ante los 1.150 puntos del S&P 500 es algo inquietante, con la enorme cantidad de precedentes de fallos alcistas que tenemos desde que comenzó el movimiento lateral. Y el cierre de anoche en los mínimos de la sesión tampoco invita al optimismo.
Por eso, si la corrección se agrava en las próximas sesiones y los alcistas no retoman el mando del mercado en breve, volverán los temores a los inversores y se abrirá la posibilidad de una vuelta a la parte baja del lateral. La batalla se ha tomado un descanso pero en breve se reanudará con toda su crudeza.
Ayer no tuvimos datos económicos relevantes que pudieran mover el mercado en una u otra dirección. Hoy sí los tendremos: la confianza del consumidor de la Conference Board (para la que se espera una caída) y el índice Case-Shiller de precios de la vivienda.
Lo que sí hubo ayer fue una buena cantidad de operaciones corporativas, aunque de pequeño tamaño. La más importante fue la compra de la sudafricana Massmart por Wal-Mart, en una operación valorada en 4.000 millones. Unilever adquirió Alberto Culver por 3.700 millones.
En el mercado de divisas, el oro corrigió frente al dólar hasta niveles de 1,3450. El petróleo subió ligeramente hasta 76,52 y el oro llegó a superar los 1.300 dólares durante la sesión, aunque cerró en 1.298,6 (en todo caso, nuevo máximo histórico). Los bonos subieron en precio y su rentabilidad cayó con fuerza hasta el 2,52%.