Wall Street demostró ayer que los alcistas siguen dispuestos a dar batalla y a intentar romper de una vez las resistencias que han frenado de momento su escalada. El mercado fue capaz de sobreponerse a un píésimo dato de confianza del consumidor, que provocó caídas iniciales, y cerrar con subidas casi en los máximos del día.
Finalmente, el Dow Jones se anotó el 0,43%, el S&P 500 el 0,49% y el Nasdaq, el 0,41%. No son porcentajes para tirar cohetes pero lo importante es la capacidad para remontar pese a las malas noticias.
Esta capacidad debería permitir hoy una apertura alcista en Europa, despuíés de que ayer las caídas matinales se redujeran a la mínima expresión al cierre. Por tanto, parece que los alcistas están dispuestos a frenar la corrección antes de que se haga peligrosa y a lanzar el ataque que puede ser definitivo. Del íéxito de dicho ataque dependerá el futuro del mercado a medio plazo.
La confianza del consumidor en EEUU, clave para que se consolide la recuperación económica, se desplomó a 48,5 puntos en septiembre cuando se esperaban 53. Por el contrario, el índice Case-Shiller de precios de la vivienda mostró una subida en línea con lo esperado. En todo caso, no es la clase de noticias que se necesitan para que el mercado salga al alza con fuerza.
Continuó la oleada de operaciones corporativas con la compra de TechCrunch por parte de AOL, que subió el 3%. Research in Motion presentó su tablet, PlayBook, destinada a competir con el iPad de Apple, pero fue recibido con una caída del 3%.
El euro retomó la subida tras la pausa de ayer y se quedó a las puertas de los 1,36 dólares. El oro marcó un nuevo ríécord por encima de 1.300 dólares y alcanzó un máximo intradía de 1.311, mientras que el petróleo corrigió ligeramente hasta 76,18. Los bonos volvieron a subir en precio ante los nuevos temores a la deuda perifíérica europea y su rentabilidad cayó al 2,47% en EEUU.