La temporada de resultados del tercer trimestre, que está a punto de comenzar, probablemente indicará que continúa la recuperación de la Amíérica empresarial, pero la atención de la bolsa estará puesta en otro sitio: en la recuperación económica.
Aunque las previsiones se han moderado un poco, se espera que las empresas del S&P 500 ofrezcan un crecimiento de beneficios del 24% en el trimestre, no tanto como los espectaculares crecimientos de los trimestres anteriores, pero aun así impresionante.
Lo que será más difícil es que ese crecimiento se traslade a un mercado tan centrado en el crecimiento económico y en las políticas de la Fed, más allá de lo que cada empresa tenga que decir sobre su negocio en el pasado y sobre sus expectativas de futuro.
"Las expectativas van a ser muy apagadas. Cuando las empresas las batan será por poco. E incluso cuando las superen por una gran cantidad, el mercado no siempre reaccionará, pero sí castigará a aquellos que se queden por debajo de lo esperado", opina Brian Gendreau, estratega de Financial Network.
Además, con unos movimientos cada vez más correlacionados entre los miembros del índice, cada vez es más difícil ver un movimiento individual provocado por los beneficios.
Los precedentes apoyan esta idea de que los resultados empresariales no son lo más importante: el mercado subió en julio con el principio de la temporada del segundo trimestre, pero perdió lo ganado en agosto. En el primer trimestre, las bolsas ignoraron el sólido incremento de los resultados y se centraron en la crisis de la deuda soberana en Europa, lo que hizo caer las cotizaciones.
"El mercado está dominado por la macroeconomía. Los que se dedican a la selección de valores (stock pickers) han tenido muchos problemas para ganar dinero con valores individuales, algo que probablemente continuará en la nueva temporada de resultados y frenará la reacción del mercado a las sorpresas", añade Gendreau.
Riesgo bajista para el mercado
De hecho, el mayor riesgo es bajista. La razón es que la subida del último mes (Wall Street ha vivido el mejor septiembre desde 1939) puede estar descontando una buena temporada de resultados. Por tanto, una decepción de estas expectativas puede provocar fuertes caídas.
"Hay grandes probabilidades de tener un caso de comprar con el rumor y vender con la noticia, como en la anterior temporada de resultados. Incluso si las cifras baten las expectativas, no serán de mucha ayuda porque el rally ya ha ido bastante lejos", sostiene Art Hogan, director general de Jefferies.
La buena noticia es que la mayoría de los analistas predicen una buena temporada de resultados, aunque no tanto como las últimas. El tercer trimestre no tendrá una base de comparación en 2009 tan positiva como los trimestres anteriores, por lo que el listón está más alto para convencer a los inversores de que la Amíérica corporativa ha vuelto a pleno funcionamiento.
"Esta temporada de resultados será una prueba de fuego para saber si la desaceleración del crecimiento tiene impacto en las previsiones y en los ingresos de las empresas", concluye Quincy Crosby, estratega de PrudentialFinancial. "Las comparaciones van a ser más difíciles ahora que en el pasado", añade.
