¿Saben quíé…?, muchas veces viene bien ir haciíéndose uno su propia hemeroteca, para comprobar datos y tener una visión más clara de dónde venimos y hacia dónde vamos.
Aunque, tambiíén, a veces, a uno le gustaría no llegar a saber, porque podría vivir un poco más despreocupado, la verdad.
¿Y este asalto filosófico a quíé viene?, se preguntarán…; bueno, y si no se lo preguntan da lo mismo, porque yo me empeñado en contestarles…, y como estoy solo escribiendo esto, no hay quien me lo impida.
Todo esto viene a cuento de la deuda de las administraciones publicas en España. Verán ustedes…, he rescatado una nota de prensa del año 2.009, y su periodista se alarmaba porque aquellas, las administraciones públicas, debían 432.000 millones de euros, o lo que era lo mismo entonces: en el año 2.009 cada ciudadano “sea niño, pensionista o paradoâ€-decía el articulista-, debíamos 9.370 euros. Este dato era escandaloso, según el periodista, porque lo unía inteligentemente a la mala noticia del número de parados que había el año pasado, 3,3 millones de desempleados. ¿Cómo se podría pagar esa deuda?.
¡Cuánta verdad y cuánta razón tenía ese periodista!. Escribía tan claro, tan bien…; digo escribía, en pasado, porque si mostraba natural escándalo y honda preocupación por los datos del 2.009, me temo que mirando los de íéste año, no habría podido soportarlos y habría sucumbido a la realidad que nos muestra.
Sea como fuere, le deseo lo mejor y le envio fuerza…, porque eso hay que tener, como mínimo, para poder sobrellevar los nuevos datos que han pasado de puntillas por los periódicos. No me extraña, por otro lado, viendo su peligrosidad y efectos colaterales en algunos colegas…;
Las Administraciones Públicas deben 600.000 millones de euros. Esto significa que hemos pasado de deber 9.370 euros cada ciudadano a 12.700 euros. Y claro…, esto con un millón y medio más de desempleados que el año pasado. La pregunta ahora debería ser: ¿de verdad podremos pagar alguna vez esa deuda?.
Brotes verdes…, no veo otra cosa que color verde, pero de ira…(bueno, ya se que el color de la ira es el rojo, pero yo es que soy un iracundo raro, a mi manera…).
Según el Banco de España, desde 1.995 el endeudamiento de las regiones no ha hecho más que subir, batiendo año tras año records históricos. En íépoca de bonanza, porque eran vacas gordas…; en íépoca de crisis…, porque ya no hay ni vacas. Eso del equilibrio presupuestario que nos han vendido…, ¿era mentira?.
Esta semana hemos leído que las empresas concesionarias de la limpieza y la recogida de los residuos sólidos urbanos de Madrid no podían seguir pagando las nóminas a sus trabajadores porque el Ayuntamiento de la capital les debía cerca de 300 millones de euros. Y esta situación, puedo asegurarles, se repetía en otros ayuntamientos españoles más.
Sin embargo, por el momento ha habido acuerdo. ¿Saben cuál?, pues endeudándose más todavía. Aunque ha sido un acuerdo que durará dos o tres meses solamente. Llegado fin de año…, ya se verá quíé hacen entonces.
El gasto público sigue disparado. Cuando tengo la posibilidad de debatir estos asuntos con responsables de las administraciones públicas les pongo ejemplos de recortes que deberían ponerse en marcha. Ellos siempre me responden lo mismo: “eso es el chocolate del loroâ€. Un loro que, de existir, habría muerto ya de un patatús por exceso de ingesta de chocolate.
Me queda un deseo…, que este loro tan dulce estíé haciendo compañía a mi anónimo y admirado periodista.
Vale.
Oberon.