El empleo en los países desarrollados sólo recuperará el nivel de antes de la crisis en 2015, y no en 2013 como se auguraba hace un año, según un informe difundido hoy por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
"De continuar con las políticas actuales, la recuperación del empleo a su altura previa de la crisis se atrasará hasta 2015 en las economías avanzadas, en vez de hasta 2013 como se esperaba hace un año", alerta el estudio titulado "¿De una crisis a la siguiente?".
A su juicio, la principal razón para el cambio de este pronóstico reside en la retirada de los estímulos fiscales, "decisivos para el despegue de la recuperación", por lo que concluye que "la austeridad prolongará la crisis del empleo".
El responsable del informe, Raymond Torres, director del Instituto Internacional de Estudios Laborales de la OIT, aseguró a Efe que "hay un riesgo de desempleo de larga duración y de recesión prolongada en el mercado laboral".
El estudio precisa que, en 35 países de los que se dispone de datos sobre este aspecto, casi el 40 por ciento de quienes buscan trabajo llevan desempleados más de un año, lo que significa que "están muy expuestos a la desmoralización, a la píérdida de autoestima y a problemas de salud mental".
El porcentaje de parados de larga duración -más de un año desocupados- ha subido el 9 por ciento en un año, recuerda Torres, y "más de 4 millones ya han dejado de buscar trabajo", con la consecuencia de que "la gente se siente menos satisfecha con su vida".
La OIT detalla en su informe que "en tres cuartas partes de 82 países analizados, la percepción de la gente sobre su calidad y nivel de vida disminuyó en 2009 en relación a los datos disponibles de 2006".
Y además, en 36 de 72 países estudiados, "la gente tiene ahora menos confianza en los gobiernos que antes de la crisis", al tiempo que se han registrado casos de tensión social relacionados con la crisis económica en al menos 25 países, muchos de ellos avanzados.
"Los gobiernos no deberían tener que escoger entre las exigencias de los mercados financieros y las necesidades de sus ciudadanos", critica, por su parte, el director general de la OIT, Juan Somavia.
Y añade que "la estabilidad financiera y la estabilidad social deben ir unidas. De lo contrario, no sólo estará en peligro la economía mundial, sino tambiíén la cohesión social".
Al respecto, Torres expone que en los países donde crece la economía pero baja el empleo, el clima social empeora, mientras que en los que el trabajo no desciende, mejora el clima social, independientemente del comportamiento económico.
Por ello, el estudio aboga por hacer del empleo "un objetivo macroeconómico clave, al igual que lo son la baja inflación y las políticas fiscales sostenibles".
De este modo, propone que las políticas se centren "en reducir el riesgo de desempleo a largo plazo y en vincular el salario a la productividad en países con superávit".
Antes de la crisis, los salarios subían más que la productividad, por lo que la recuperación "seguirá frágil" mientras los ingresos del trabajo aumenten menos que la producción y mientras el sistema financiero continúe con su comportamiento ineficaz.
"Tres años despuíés del inicio de la crisis, todavía las pequeñas empresas tienen dificultad para acceder al críédito, incluso cuando tienen proyectos interesantes de inversión y de expansión, y de crecimiento y creación de empleo", se lamentó Torres a Efe.
Y es que, en su opinión, "las causas primarias de la crisis aún no se han abordado correctamente".
Así, el informe considera que "el talón de Aquiles de la economía mundial es la coexistencia de un crecimiento alimentado por la deuda en algunos países desarrollados y de un crecimiento basado en las exportaciones en el caso de las economías emergentes".
Para la OIT, se necesita crear 22,7 millones de puestos de trabajo en 68 países para que el empleo vuelva a su nivel de antes de la crisis, de los que 2,1 millones se ubican en Latinoamíérica, y 14,3 millones en los países desarrollados.