El Gobierno afronta un nuevo y grave problema energíético. Sonatrach, de cuyo gas depende España, exige pagos extra multimillonarios a Gas Natural que dispararán los precios.
El conflicto de Gas Natural con Sonatrach por los precios de suministro de este gigante argelino del gas a la compañía española está creando un nuevo problema al Gobierno. La controversia podría desembocar en fuertes subidas para los usuarios en España y en una colisión diplomática con Argelia.
El problema de los precios se divide en dos: uno, por los suministros realizados por Sonatrach entre 2007 y 2009, y otro, por los suministros que realice a partir de ahora este grupo energíético, un monopolio gasístico controlado por el Estado argelino del que depende un tercio del gas que se consume en España.
El primer problema podría desembocar en subidas medias del 15% para los usuarios de gas, y el segundo podría traducirse en una presión en los precios que pagarán los usuarios de gas en España en el futuro y que podría sumar otro 30% de incremento.
Enfrentamiento
El conflicto se remonta a hace dos años, cuando, ante la vertiginosa subida de los hidrocarburos en todo el mundo, Sonatrach empezó a reclamar la revisión de los contratos de suministro a Gas Natural. El enfrentamiento terminó en la Corte de Arbitraje de París, que el pasado mes de agosto emitió un veredicto a favor de Sonatrach, reconociíéndole el derecho a subir precios.
Tal como adelantó EXPANSIí“N el pasado 17 de agosto, Gas Natural tendrá que pagar, de forma retroactiva, 1.500 millones de euros por la revisión de precios del gas suministrado entre 2007 y 2009 a travíés del gasoducto del Magreb, que atraviesa Marruecos y luego pasa por el Estrecho.
Gas Natural reconoció el pasado viernes que tendrá que pagar esa suma de forma retroactiva, al margen de tener que afrontar nuevas subidas por los precios de los suministros en el futuro. Gas Natural sólo concretó que los pagos retroactivos se comerán 450 millones de sus beneficios previstos para este año (es decir, un tercio), pero no aclaró de dónde saldrá el resto del dinero para cubrir los 1.500 millones del pago.
Fuentes consultadas por EXPANSIí“N aseguran que una parte (entre 600 y 700 millones) se cubrirá con las provisiones que había hecho la propia Gas Natural ante la perspectiva de perder el laudo arbitral. El resto, unos 400 millones, son los que pueden encender la llama de un conflicto político.
Gas Natural reclama al Gobierno que estos 400 millones se repercutan en la tarifa del gas del mercado regulado, entre otras cosas, porque parte de los suministros tuvieron que destinarse por ley a ese mercado. De aplicarse de golpe, provocaría una subida media del 15%. De no aplicarse de forma inmediata, Gas Natural reclama que el Gobierno determine cómo repercutirlo regularmente en un periodo más o menos extenso de tiempo.
El Ministerio de Industria, de momento, tira balones fuera. Fuentes cercanas aseguran que no se contempla repercutir las indemnizaciones a Sonatrach en la factura del gas. El conflicto llega justo en un momento electoralmente comprometido para el Gobierno, que está haciendo todo lo posible por no subir los precios de la energía en España, un asunto siempre muy sensible en la opinión pública.
La subida del 15%, con todo, no sería lo peor. Lo más grave son los suministros para el futuro y la posición de fuerza de Sonatrach en el mercado español. Es el laudo arbitral a su favor el que permitiría a Sonatrach subir precios a Gas Natural una media del 30% y, por extensión a otros grupos españoles. Fuentes cercanas a Industria reconocen que el problema existe y que el ministro Miguel Sebastián ya está mediando, intentando suavizar las pretensiones de Sonatrach, que con el laudo arbitral de Gas Natural se ha crecido. En septiembre, Sebastián se reunió por primera vez con su homólogo argelino, Youcef Yousfi, y, según las fuentes consultadas, se habló del asunto de los precios.
Lío empresarial o problema de Estado
Las relaciones energíéticas España-Argelia nunca an sido fáciles. A veces, el asunto se ha contaminado políticamente por el coqueteo de España con Marruecos, enemigo de Argelia.
El mercado gasístico español recoge ahora los frutos de lo que para muchos fue una nefasta política energíética hace cuatro años.
En 2006, el Gobierno argelino, presidido por Abdelaziz Buteflika, mantuvo reuniones con el entonces ministro de Industria español, Joan Clos, para que autorizara a Sonatrach comercializar directamente gas en España.
Contra los dictámenes de la Comisión de Energía española y la tesis de reciprocidad comercial que reclamaba Europa, se dio licencia ilimitada a Sonatrach.
El monopolio estatal argelino se convertía así en juez y parte del mercado español, suministrando gas a grupos como Gas Natural y compitiendo con las compañías españolas de forma directa en su propio territorio.
Sonatrach no sólo podrá tensar precios del suministro a Gas Natural. Por extensión, lo puede hacer con Iberdrola y Endesa.
A Sonatrach, tambiíén se le permitió tener el 36% de Medgaz, el nuevo gasoducto que une Argelia con España, desde el que podrá exprimir al máximo su doble faceta de suministrador y comercializador.