El índice de referencia de la bolsa española mantiene las subidas tras el repunte de ayer y logra superar los 10.700 puntos con subidas de más de medio punto, despuíés de la buena jornada de Wall Street
El ataque alcista que se estaba retrasando desde hace dos semanas llegó por fin ayer. Llegó, como suele ocurrir, cuando muchos inversores empezaban a desesperarse y el mercado estaba a punto de venirse abajo ante la incapacidad para romper las resistencias.
Y fue un ataque como mandan los cánones, violento, contundente y acompañado del volumen de negocio.
El S&P 500 se disparó el 2,09% y superó no sólo los famosos 1.150 puntos, sino tambiíén los 1.160. De esta forma, alcanzó su nivel más alto de los últimos cinco meses. El Dow Jones se anotó el 1,8% y ya roza de nuevo los 11.000. El Nasdaq volvió por sus fueros y se llevó la palma con un 2,36%. Una orgía compradora que hoy puede prolongar las alzas de ayer en Europa.
Como siempre, faltan confirmaciones para poder decir que se ha roto definitivamente el lateral al alza. Y tenemos demasiados precedentes de falsas rupturas para fiarnos de este ataque. Pero, desde luego, esta vez las sensaciones son mucho más positivas que en ocasiones anteriores y las probabilidades de íéxito, mayores.
De todas formas, la prueba de fuego para la intentona alcista no llegará hasta el viernes, cuando se publique el paro de septiembre en EEUU, para el que se espera una destrucción de tan sólo 8.000 empleos. De momento, hoy llega el anticipo de la mano de la encuesta ADP de empleo.
