Por... JULIE PACE
WASHINGTON -- El presidente Barack Obama renovó su exhortación al Congreso para que cancele los incentivos fiscales a empresas estadounidenses con subsidiarias en el extranjero, una propuesta que incluso ha preocupado a legisladores correligionarios del mandatario.
En su mensaje semanal transmitido por radio e internet, Obama dijo que los incentivos fiscales alientan a las compañías a que creen empleos y rentas en otros países.
"No hay razón por la cual nuestro sistema fiscal deba premiar ininterrumpidamente a esas empresas por crear empleos en el extranjero", manifestó Obama.
"Por el contrario, deberíamos de utilizar nuestros dólares provenientes de los impuestos para recompensar a las compañías que creen empleos y empresas dentro de nuestras fronteras", agregó.
La controversia ha derivado de un proyecto de ley que se estancó en septiembre en el Senado y que buscaba poner fin a algunos críéditos y aplazamientos fiscales a compañías estadounidenses con filiales en el extranjero.
Aunque Obama señaló a la oposición republicana, el proyecto de ley tampoco logró el apoyo de algunos demócratas -entre ellos el presidente de la Comisión de Finanzas del Senado, Max Baucus-, que expresaron preocupación de que ese cambio pondría a Estados Unidos en desventaja competitiva.
Diversos grupos empresariales, como la Asociación Nacional de Fabricantes, han expresado su rechazo a que se ponga fin a lo que el gobierno considera resquicios fiscales.
Obama dijo que a pesar de que las compañías que efectúan negocios a nivel internacional hacen un aporte importante a la economía de Estados Unidos, carece de sentido concederles incentivos fiscales cuando las firmas en el interior tienen dificultades para recuperarse de la crisis económica.
El presidente dijo que desea el fin de los resquicios fiscales para la recaudación de recursos que se canalizarían a otros incentivos, como críéditos impositivos para la investigación y el desarrollo permanentes, y deducciones de todos los costos por equipo nuevo en el 2011.
En tanto, el representante republicano Mike Pence solicitó a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que convoque una sesión en la que se vote de inmediato si se amplían o no los beneficios fiscales que datan del anterior gobierno.
En el mensaje semanal de los republicanos, Pence dijo: "La prosperidad del pueblo estadounidense es más importante que el capital político de cualquier político o cualquier partido".