El Gobierno brasileño admitió que estudia la posibilidad de imponer restricciones a las inversiones chinas, para evitar que empresas del país asiático ocupen sectores estratíégicos y dejen de importar ciertos productos del país suramericano, informó hoy la prensa.
"Brasil es hoy uno de los principales destinatarios de inversiones directas. En algún momento Brasil deberá discutir a cuáles y quíé tipo de inversiones pretende dar prioridad", señaló el secretario brasileño de Comercio Exterior, Welber Barral, en declaraciones publicadas por el diario Folha de Sao Paulo.
Para los analistas, según el periódico, el nuevo presidente del país tendrá que lidiar con la discusión de control de capitales para el sector productivo, como el agrícola, y en las telecomunicaciones.
Las inversiones chinas en la compra de tierras productivas de soja y en el sector minero despertaron la preocupación de los empresarios brasileños del ramo.
De igual manera, expresaron su preocupación al Gobierno brasileño los representantes de los sectores de telecomunicaciones y automotriz.
El Banco Central de Brasil, de acuerdo con la información, es contrario a los límites que se impondrían a las inversiones chinas, pues argumenta que ellas, a pesar del crecimiento, sólo representan el dos por ciento de toda la inversión extranjera directa en el país.
Hasta agosto, Brasil recibió 396 millones de dólares de inversiones chinas para el sector productivo, cinco veces más que el valor registrado en los primeros ocho meses de 2009