Por... KELLY OLSEN
Representantes de finanzas del Grupo de los 20 intentarán esta semana calmar las tensiones sobre los tipos de cambio monetario, disputa que amenaza con eclipsar el debate sobre una reforma de la economía global.
Ministros de finanzas y presidentes de los bancos centrales de las naciones industrializadas y emergentes del G20, junto a funcionarios de las principales organizaciones internacionales de financiación y príéstamos, se reunirán el viernes y el sábado en la ciudad surcoreana de Gyeongju. Los segundos al mando sostendrán encuentros el jueves.
Las discrepancias en el seno del grupo hace dos semanas en Washington han generado temores de una guerra monetaria global, que podría provocar una nueva crisis mundial.
Ante esa posibilidad, los países devalúan sus monedas para ganar una ventaja competitiva sobre sus adversarios comerciales en una economía que aún debe recuperarse totalmente de los efectos de la crisis económica global de hace dos años. En respuesta a las devaluaciones, se imponen barreras comerciales, que a su vez afectan el comercio internacional y revertirían el rebote económico.
El encuentro de Gyeongju representa una oportunidad para que los delegados disminuyan los temores en torno a dicha hipótesis, antes de una reunión de los líderes del G20 a celebrarse en noviembre en Seúl. Entre los miembros del grupo -que incluye a Estados Unidos, Alemania, Japón, China, la India y Gran Bretaña, entre otros- se encuentran Brasil, Míéxico y Argentina.
David Cohen, experto en Asia del grupo Action Economics con sede en Singapur, dijo que la reunión de ministros es una "verdadera prueba" para el G20, tomando en cuenta el liderazgo que ha sumido en orientar la economía global.
"Creo que están bajo mucha presión", dijo Cohen. "Creo que entienden que no conviene a ningún país que se retroceda a una guerra monetaria, a todo el proteccionismo que eso implicaría".
Los tipos de cambio, una vieja fuente de disputa, se han colocado nuevamente en el tapete luego de la crisis financiera.
China, la segunda economía del mundo, está bajo más presión con respecto a su manejo del yuan. Estados Unidos, la Unión Europea y Japón sostienen que esa moneda está subvalorada, lo que haría que sus exportaciones tengan una ventaja competitiva desleal.
A esto se le suma el debilitamiento del dólar ante los pronósticos poco alentadores con respecto a la economía de Estados Unidos y la posibilidad de que la Reserva Federal intervenga con nuevas políticas monetarias.
Al mismo tiempo, los flujos de capital de inversionistas en busca de mejores retornos a corto plazo que entran en países emergentes ejercen presión sobre esas monedas, particularmente en naciones asiáticas como Corea del Sur.
En consecuencia, algunos países han intentado prevenir la apreciación mediante medidas como la intervención directa en los mercados, la imposición de controles sobre el capital o impuestos sobre inversiones extranjeras