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Autor Tema: CONTACTOS CON EL MAS ALLA  (Leído 3060 veces)

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CONTACTOS CON EL MAS ALLA
« en: Diciembre 10, 2007, 09:12:29 pm »

 
CONTACTOS CON EL MAS ALLA
El continuo perfeccionamiento de la Transcomunicación Instrumental -supuestos contactos con el más allá a travíés de medios tíécnicos- ha permitido a sus seguidores construir una cosmogoní­a propia sobre la vida, la muerte y ese otro mundo. Según su filosofí­a, los seres que fallecen en la Tierra experimentan un salto dimensional hacia un mundo semi-material llamado Marduk, que está situado en unas coordenadas espacio-temporales distintas a las terrestres.
Resulta poco menos que imposible calcular cuántas personas en todo el mundo están convencidas de que pueden contactar con el más allá a travíés de un simple magnetofón. De hecho, las psicofoní­as se utilizan desde hace díécadas como un medio sencillo de comunicación con personas ya fallecidas, proporcionando a miles de familias una esperanza sobre la supervivencia a la muerte.
A los magnetofones les siguieron otros medios tíécnicos que serví­an de soporte para el contacto, como televisores, radios, grabadoras, telíéfonos y hasta las modernas computadoras.
A travíés de estos aparatos, algunos investigadores aseguran haber obtenido abundante información sobre la base del contacto tecnológico con el más allá. De este proceso nació la Transcomunicación Instrumental (TCI). Entre sus más activos experimentadores se encuentra el matrimonio formado por Maggy y Jules Harsch-Firschbach, quienes comenzaron sus pesquisas en este campo en 1986, a travíés de las psicofoní­as. Con este míétodo querí­an comprobar experimentalmente si existí­a una vida más allá de la muerte.
Los resultados no se hicieron esperar y en pocos años fueron mejorando la cantidad y calidad de sus equipos, incorporando radios, luces ultravioletas y algunos ingenios electrónicos especialmente construidos para este fin. El objetivo de estos sofisticados aparatos era conseguir cada vez mejores "comunicaciones" con ese otro mundo.
El primero de estos equipos fue bautizado con el nombre de "Europuente de Señales" y permitió al matrimonio Harsch-Firschbach obtener extensos discursos de personas ya fallecidas, que a veces llegaban a durar varios minutos. Poco tiempo despuíés, las propias voces les indicaron cómo construir otro equipo, el GA-1, con el que pudieron entablar algunos diálogos con sus misteriosos interlocutores



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LA VIDA EN EL OTRO MUNDO
« Respuesta #1 en: Diciembre 10, 2007, 09:14:11 pm »
LA VIDA EN EL OTRO MUNDO

A travíés de estos dos sistemas, de otro más perfeccionado llamado "Puente de Burton", de mensajes telefónicos, imágenes de video y textos e imágenes grabadas espontáneamente en el ordenador, este matrimonio de Luxemburgo obtuvo abundante información sobre la vida despuíés de la muerte.
No fueron los únicos en investigar acerca de estas tíécnicas. Algunos años antes de que comenzaran las experiencias de Luxemburgo, en Estados Unidos se gestó otro ingenio para el contacto con el más allá. A pesar de que tuvo una vida muy corta, el Spiricom (Spiritual Comunication) permitió a Georges Meek, artí­fice de este proyecto, y a su constructor, William O'Neill, establecer contactos con el Dr. Mueller, un ingeniero en electrónica fallecido unos años atrás. A travíés de las supuestas conversaciones con Mueller, se recibieron numerosos mensajes donde se describí­a cómo es la vida en ese mundo.
Otros investigadores en TCI, especialmente americanos y centroeuropeos, consiguieron contactos más o menos fluidos, a travíés de los cuales pudieron llegar a conocer una gran cantidad de conceptos e imágenes de este supuesto mundo de los muertos.
Los diversos aspectos que conforman la cosmogoní­a de la Transcomunicación Instrumental son muy amplios y ricos en conceptos. El espacio donde residen los seres que alguna vez vivieron en la Tierra es, según la TCI, diferente en algunos aspectos concretos al que normalmente concebí­an los espiritistas clásicos.
Se trata de mundos tambiíén materiales donde renace quien muere en la Tierra y adopta una nueva vida y nuevas obligaciones, como en un estadio más dentro de una progresiva evolución. Un mensaje recibido por Maggy y Jules Harsch-Firschbach ofrece algunas pinceladas al respecto: "Nosotros tenemos un cuerpo como el vuestro, pero que se origina sobre la base de vibraciones más finas... Aquí­ no existen enfermedades; los miembros que faltan crecen nuevamente. Los cuerpos que en la Tierra estaban atrofiados, aquí­ son regenerados".
Según los comunicantes de la TCI, los cuerpos sufren transformaciones reparadoras, estabilizándose en una edad determinada: "Las personas que mueren en la Tierra con una edad avanzada llegan aquí­ totalmente conscientes, despuíés de un sueño reparador.
Ese sueño de reposo tiene una duración terrestre de cerca de seis semanas, aunque en algunos casos puede durar un poco menos. Los niños que llegan son cuidadosamente recibidos y atendidos por sus parientes fallecidos.
Los pequeños crecen y continúan desarrollándose hasta alcanzar una edad media de 25 a 30 años. Vivimos en compañí­a de otras formas de vida, con seres humanos que antes de la muerte fí­sica habitaban otros planetas..." Estos cambios reparadores no se producirí­an como una acción caprichosa o mágica, sino que estarí­an subordinados a unas pautas evolutivas e integrados en un orden natural.

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MARDUK,UN UNIVERSO PARALELO
« Respuesta #2 en: Diciembre 10, 2007, 09:15:59 pm »
 

Sin embargo, las peculiaridades propias de la personalidad y el carácter de quienes llegan a este plano no experimentan grandes cambios en el momento de la transición. A partir del inicio de esta nueva vida es cuando el ser tiene la oportunidad de aprender y de superar sus propias limitaciones.
Este hipotíético mundo donde residen los muertos, llamado Marduk, estarí­a ubicado en un Universo paralelo, en una dimensión a la que resultarí­a imposible acceder desde nuestras coordenadas espacio-temporales. Así­ describen su mundo los interlocutores de la TCI: "Los paisajes son impresionantemente bellos.. La amistad y la camaraderí­a son algunos de los valores que continúan siendo cultivados en este mundo".
Según las informaciones recibidas por los transcomunicadores, Marduk está iluminado por tres soles. Como resultado de esta disposición, la temperatura es constante, muy suave y agradable. A igual que la Tierra, Marduk posee una Luna en su órbita.
El planeta está surcado por un gran rí­o, llamado poíéticamente Rí­o de la Eternidad, que se extiende a travíés de cientos de miles de kilómetros. En sus márgenes viven muchos y muy variados seres, normalmente agrupados por pautas culturales o de afinidad, constituyendo grupos que a veces resultan muy heterogíéneos, pero que se encuentran en el mismo plano de existencia debido a su estadio de evolución.
En ese mundo paradisí­aco vivirí­an billones de seres humanoides, algunos fallecidos recientemente y otros hace siglos, procedentes de la Tierra y de otros planetas. Y es que según la TCI, la evolución de los seres está marcada por un progresivo paso por mundos cada vez más sutiles, hasta lograr las máximas cotas de evolución.
Siempre según la filosofí­a de la TCI, existen varios estadios por los que deben ir pasando los seres con el fin de perfeccionarse. La Tierra estarí­a en el "primer plano" de esta escala evolutiva. El segundo le corresponderí­a a lo que muchas religiones han dado en llamar Hades, Infierno o Purgatorio o en su defecto, hablando parapsicológicamente, bajo astral. En este plano, los seres conservarí­an muchas de las caracterí­sticas menos evolucionadas de los terrestres.
Marduk estarí­a ubicado en el tercer plano. Allí­ residen los seres que -camino de su superación- esperan aprender y desarrollarse espiritualmente antes de acceder a planos superiores. A medida que estos seres ascienden a estratos más elevados, su conciencia tiene acceso a nuevos campos de conocimiento espiritual que les van acercando hasta la propia esencia de Dios.
La comunicación entre la Tierra y ese mundo paralelo se establece por iniciativa de los habitantes del otro lado, quienes han construido estaciones emisoras desde donde enví­an sus mensajes.
La supuesta objetividad que presenta la tecnologí­a como medio de comunicación estarí­a subordinada a las capacidades psí­quicas del operador y, por supuesto, a la voluntad de los "contactados".