Joseph Stiglitz, premio nobel de economía 2001, afirma que la flexibilización cuantitativa (QE) hará poco para impulsar la economía de EEUU, en cambio, el país corre el riesgo de que una guerra de divisas y comercial que le dejaría aislado, y al mundo aún peor de lo que está.
El mundo necesita, según Stiglitz, un pacto de crecimiento global, no una acción unilateral. Eso es lo que espera de la reunión del G-20, aunque lo ve poco probable.
"Soy muy escíéptico con la flexibilización cuantitativa. La única parte de esta medida que creo que va a funcionar es arrastrar a bajo al dólar".
A pesar de que la debilidad el dólar puede estimular las exportaciones y evitar la deflación, cualquier crecimiento alcanzado de esta manera tiene un coste para otras naciones, que pueden sentirse obligadas a responder debilitando sus propias monedas, o erigir barreras al comercio de mercancías de los EEUU.
"Devaluación competitiva es una forma de crecimiento que se produce a expensas de otros, y es probable que presente problemas a la economía mundial".
En cuanto a las posibles burbujas que se pudieran producir por esta medida, Stiglitz señala "no estoy seguro de dónde o quíé, pero probablemente va a producirse en los mercados emergentes, y no va a ser bueno para el mundo. Hay un riesgo real de que esto va a terminar mal, como las dos burbujas anteriores terminaron mal":