Se acabaron los días en que las empresas que operan en ífrica podían actuar con impunidad ante la formación de cárteles o limitar la libre competencia. Los reguladores ya están activos en la mayoría de los países, como lo demuestra un nuevo caso en Zambia.
Esta semana, en Zambia, la Comisión Nacional de Competencia anunció que está investigando a la cadena de supermercados sudafricana Shoprite en relación con las denuncias por su supuesto abuso de posición dominante. Shoprite cuenta con 19 tiendas en Zambia y, supuestamente, ha intentado limitar a su rival, Pick'n Pay, en su entrada y expansión en el mercado con la amenaza de dejar de hacer negocios con los proveedores que tambiíén venden productos a su rival.
Según la abogada sudafricana Rosalind Lake, esta última investigación realizada por las autoridades de Zambia "demuestra que las empresas sudafricanas que operan en otras jurisdicciones africanas no gozan de inmunidad en relación con la conducta anticompetitiva".
"Es importante señalar que las autoridades de Zambia están facultadas para imponer responsabilidad personal a los directores que se comprueba que han infringido las leyes de competencia en Zambia" relata a afrol News Rosalind Lake, asociada del despacho de abogados Deneys Reitz.
De hecho, cada vez se presta mayor atención a la aplicación de la ley de competencia en muchas jurisdicciones africanas. La mayoría de los países africanos tienen ahora leyes de competencia y activos organismos reguladores. Estos son los casos, por ejemplo, de Argelia, Namibia, Zimbabue, Camerún, Egipto, Etiopía y Ghana.
Muchos países que aún no disponen de sus propias normas de competencia son miembros del Mercado Común para ífrica Oriental y Meridional (COMESA), que tiene sus propias reglas que prohíben las conductas contrarias a la competencia dentro del mercado común, puntualiza Lake. Además, COMESA tiene previsto publicar, en breve, los umbrales financieros para las fusiones que afectan al mercado común y que requieren aprobación antes de que puedan ser implementadas.
"Las empresas sudafricanas deben ser conscientes de que cualquier proyecto de fusión que tendrá un efecto en otras jurisdicciones africanas puede requerir autorización de fusión de todas las autoridades pertinentes", según Lake. "En Namibia, en particular, no hay límites financieros para la notificación de concentraciones y, en consecuencia, todas las fusiones requieren notificación y aprobación antes de que puedan ser implementadas", añade.
Según Lake, los reguladores de la competencia en la región del ífrica Austral "se comunican regularmente entre sí con respecto a las investigaciones y, como se desprende de esta última investigación, el regulador de Zambia se centra en el mismo tipo de industrias que los investigadas en Sudáfrica".