El índice de referencia de la bolsa española comienza la sesión con un retroceso de más de medio punto, colocándose de nuevo por debajo de los 10.200 puntos. Los temores sobre Irlanda permanecen, y tampoco ayuda el mal cierre de EEUU del pasado viernes.
Wall Street se vino abajo la semana pasada -fue la peor semana en tres meses- despuíés de los fuegos artificiales posteriores a las elecciones en EEUU y a la puesta en marcha del QE2. Un riesgo del que había alertado Bolságora, ante la falta de catalizadores para mantener a los índices por encima de resistencias tan importantes como las superadas entonces.
Los índices dejaron el viernes patrones de techo potencial, así que la semana que hoy comienza puede ser decisiva para confirmarlo (en lo que sería la eníésima falsa ruptura alcista del movimiento lateral que viene desde principios de año) o para que se retome la subida.
Y ello va a depender de si aparecen esos catalizadores. Una vez terminado el grueso de la temporada de resultados y con el programa de la Fed ya en marcha, sólo los datos económicos y las operaciones corporativas pueden inyectar combustible al mercado.
Hoy lunes tendremos las ventas minoristas, para las que se espera una subida del 0,7% en octubre, el índice Empire State y los inventarios mayoristas.