Por... SHAWN POGATCHNIK y GABRIELE STEINHAUSER
DUBLIN -- Despuíés de semanas de negarse a aceptar un rescate financiero, Irlanda se volvió el domingo en el segundo país europeo que pide un príéstamo de emergencia de miles de millones de euros para ayudar a estabilizar sus bancos endeudados.
Otros países de la eurozona y el Banco Central Europeo habían presionado a Dublín para que aceptara la ayuda de contingencia despuíés que el nerviosismo sobre un masivo proyecto irlandíés para rescatar a sus bancos amenazó con extenderse a otras economías tambaleantes que comparten el euro, como Portugal y España.
Solicitar ayuda a la UE y al Fondo Monetario Internacional significó un anuncio humillante para el gobierno irlandíés, que hace pocos días había negado que estuviese negociando dicho paquete o siquiera que fuera necesario.
Tambiíén defraudó las esperanzas de los demás miembros de la unión monetaria de 16 países, de que la mera existencia de un respaldo financiero de 750.000 millones de euros (1.025 millones de dólares), creado en mayo, sería suficiente para calmar su preocupación por las deudas masivas de varias naciones.
El ministro de Finanzas de Irlanda, Brian Lenihan, se negó a dar una cifra exacta del fondo, y sólo dijo que sería de decenas de miles de millones de euros. Negó que la cifra supere los 100.000 millones de euros, como algunos habían conjeturado.
"Recomendaríé al gobierno que debemos presentar una solicitud para este programa", dijo un sombrío Lenihan durante una entrevista con la radioemisora estatal irlandesa RTE.
Lenihan dijo que Irlanda tiene un díéficit de 19.000 millones de euros (26.000 millones de dólares) que no puede financiar con las tasas actuales del mercado y que acudirá a la Unión Europea y al FMI para pedirles ayuda.
La declaración de Lenihan se produjo mientras el gobierno irlandíés se reunía para finalizar un plan a cuatro años para recortar 15.000 millones de euros (20.500 millones de dólares) de sus díéficits anuales, un plan de austeridad sin precedentes diseñado para impedir que el país caiga en bancarrota.
La oficina del primer ministro Brian Cowen dijo que el gabinete daría los toques finales al plan de austeridad, que ha estado preparando desde septiembre y se anunciará el martes.
El gobierno dice que el plan ha sido respaldado por decenas de expertos del FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, que llegaron a Dublín el jueves para examinar las cuentas del gobierno, el tesoro y los bancos.
Hablando antes de la reunión de gabinete del domingo, Cowen subrayó que Irlanda no va a elevar su tasa fiscal de 12,5% sobre las ganancias de las empresas, su herramienta más poderosa para atraer y mantener a 600 compañías estadounidenses basadas en el país.
Francia, Alemania y otros miembros de la eurozona han criticado reiteradamente la tasa como injusta y dicen que debería elevarse ahora en vista de la crisis.
Cowen dijo que no lo convencen tales argumentos y subrayó que la tasa -menor al promedio en la eurozona- es "la piedra angular de nuestra estrategia industrial".
En semanas recientes, los bancos de Dublín han reportado píérdidas de entre 10 y 17% de sus depósitos y el Banco Central Europeo, con sede en Francfort, tuvo que cubrir el hueco con príéstamos de 130.000 millones de dólares, según reportes.