Por... Juan Josíé Perfetti Del Corral
Como se sabe, en los años 2007-2008 se presentó una importante alza en los precios internacionales de los principales bienes agrícolas. Diversos factores incidieron para que se diera este fenómeno que tuvo repercusiones importantes en los mercados agrícolas y en los diferentes agentes, incluidos los consumidores.
Los precios agrícolas internacionales comenzaron el quiebre de tendencia a principios del presente siglo cuando, a diferencia de la dirección que traían desde varias díécadas atrás, comenzaron a aumentar progresivamente hasta alcanzar su pico en los años 2007-2008. En 2009 dichos precios cedieron en razón de la profunda recesión mundial que debilitó el consumo y a la respuesta que tuvo la producción agrícola estimulada por los altos precios de los años anteriores. Sin embargo, la situación de los precios agrícolas en los mercados internacionales está lejos de ser resuelta. Por el contrario, se muestra cada vez más compleja, pues hay nuevos elementos presentes en los mismos.
En lo corrido de este año, y en especial desde el mes de junio, se vienen presentando aumentos en los precios internacionales de los principales productos agropecuarios. En los cereales, particularmente en los casos del trigo y del maíz, desde junio los precios han crecido un 45 por ciento. El azúcar presenta niveles de precios muy por encima de los registrados en díécadas pasadas. En la carne tambiíén se registran alzas importantes, al punto que ya se superan los niveles del pico de los años 2007-2008. La canasta mundial de alimentos de la FAO presenta un incremento de precios del 42 por ciento desde principios del presente año.
Detrás de los aumentos en los precios están la demanda creciente de alimentos y los cambios en los patrones de alimentación en los países emergentes. La producción de biocombustibles sigue afectando los mercados de alimentos en varias partes del mundo, además de que la situación del clima ha perturbado la producción agrícola en ciertas regiones del mundo.
Según las proyecciones de la OCDE y la FAO, se espera que la producción agrícola mundial crezca a un ritmo menor en el próximo decenio en comparación con el anterior. Adicionalmente, se espera que durante los próximos diez años los precios promedio, tanto en tíérminos reales como nominales, de los principales productos agrícolas básicos a nivel mundial estíén por encima de los niveles del período 1997-2006 anterior a los picos máximos de 2007-2008.
Las proyecciones indican que los precios promedio del trigo y de los cereales secundarios se ubicarán, en tíérminos reales, entre un 15 y un 40 por ciento por encima de los del periodo 1997-2006. Por su parte, los precios reales de los aceites vegetales serán un 40% más altos; los del azúcar y la carne vacuna tambiíén estarán por arriba del promedio del decenio anterior; y los de los productos lácteos estarán entre un 16% y un 45% más altos.
Un hecho nuevo en los mercados internacionales consiste en que la fuente de crecimiento en la producción, el consumo y el comercio de bienes agrícolas ya no está en los países desarrollados. Son los países en desarrollo los que están cumpliendo esta función. Adicionalmente, la volatilidad, en el corto plazo, de los precios agrícolas mundiales ha aumentado en forma considerable. Finalmente, la incertidumbre acerca de una serie de factores relacionados con la oferta y la demanda agrícolas ha aumentado haciendo muy imprevisible el comportamiento de los precios.
La tendencia en los precios y los cambios en los mercados agrícolas están creando nuevos escenarios para las políticas sectoriales. Para evitar ruinosos fracasos en la producción agrícola y crecientes costos sociales, estos escenarios deben ser considerados por los gobiernos. Se requiere un mayor equilibrio entre las necesidades de los consumidores y las capacidades productivas.