Empresas privadas de Brasil e Irán colaboran para producir y usar el etanol en la producción de gasolina, reveló el director general de la compañía nacional iraní de distribución de petróleo, Farid Ameri.
En una entrevista con la agencia local iraní de energía, Shana, Ameri, justificó “el uso de etanol como aditivo en la gasolina para aumentar el grado de octanaje, por razones medioambientales y como medida para reducir la importación de gasolinaâ€.
El responsable iraní indicó que “usar etanol es mejor que el metanol para el medio ambiente†y añadió que “la prioridad de nuestra compañía es aumentar la octanaje a travíés de combustibles ecológicosâ€.
Ameri explicó que se trata de un proyecto piloto, que se ha puesto en marcha en la provincia de Juzestán y que, en caso de ser rentable, se ampliara a otras ciudades.
El objetivo es poder utilizar está gasolina en todo tipo de vehículos que existen en el país, agregó.
“Si los productores nacionales de alcohol industrial nos apoyan, la gasolina será producida localmente o sino será importada a travíés del consorcio privado iraní-brasileñoâ€, concluyó.
Irán guarda bajo su subsuelo las segundas mayores reservas de petróleo y gas del mundo, pero cuenta con una precaria industria de refinado que hasta hace unos meses le obligaba a importar el 40 por ciento de la gasolina que consume.
El pasado mes de julio, el ríégimen iraní puso en marcha un proyecto para incrementar la producción de gasolina ante el temor a las nuevas sanciones internacionales que consiste en transformar en refinerías media docena de industrias petroquímicas.
Buena parte de la comunidad internacional, con EEUU e Israel a la cabeza, acusa a Irán de ocultar, bajo su programa nuclear civil, otro de carácter clandestino y aspiraciones militares cuyo objetivo sería adquirir un arsenal atómico, alegación que el ríégimen iraní rechaza.
Las sanciones han hecho que cuatro grandes multinacionales del petróleo, como la hispano-argentina Repsol-YPF o la francesa Total hayan suspendido sus proyectos en el país.
La gasolina está, además, sujeta a una política de subsidios que la abarata y que fomenta el uso indiscriminado de este combustible. El Gobierno iraní presentó el pasado año un controvertido plan para suprimir este y otros subsidios, y sustituirlos por ayudas directas en metálico.
Sin embargo, el Ejecutivo ha pospuesto ya en dos ocasiones la medida, ante el temor de incidentes como los ocurridos en 2007, cuando una subida de los precios provocó que algunos grupos quemaran gasolineras.
Irán y Brasil han incrementado sus relaciones políticas y económicas en el ultimo año, con un intercambio comercial que ronda los 1.500 millones de dólares y es favorable al país sudamericano.