Gobierno ultima un alza en el impuesto del tabaco
por G. C. /J. R. / M. Y. en El Economista
El Gobierno continúa preparando medidas de ajuste para obtener más recursos. En esta ocasión, va a actuar por el lado de los ingresos y se va a centrar en lo que estaba cantado: los Impuestos Especiales. Según ha podido saber elEconomista, antes de que finalice el año, es decir, en tres semanas como máximo, el Gobierno tiene intención de subir el gravamen sobre las labores del tabaco.
La subida de este impuesto especial está más relacionado con los acuerdos del Ejecutivo con las empresas tabaqueras que con una necesidad apremiante de recaudar, pues los ingresos por este gravamen ha ido bajando. En el mes de octubre, la recaudación ascendió a 589 millones de euros, un 22,7% menos que en el mismo mes del año anterior. En octubre de 2009, los ingresos fueron de 762 millones de euros. En el acumulado del año, este impuesto alcanzó hasta octubre, último mes con datos disponibles, los 6.192 millones de euros, un 2,4% más que hasta octubre de 2009.
Este gravamen es, por recaudación, el segundo de los Especiales tras el de Hidrocarburos, si bien las campañas contra el consumo de tabaco y el proyecto de ley que endurece la norma de 2006, ahora en tramitación en el Senado, están influyendo en los ingresos porque se consume menos.
Impuesto mínimo
Los principales fabricantes que operan en España llevan pidiendo desde hace tiempo al Gobierno que suba el impuesto mínimo a los cigarrillos, que se encuentra ahora en 91,3 euros por cada mil unidades, hasta un mínimo de cien, con el objetivo de eliminar de las estanterías las enseñas más baratas y evitar así que se pueda vender por debajo de un determinado valor.
Eso, al margen de pedir tambiíén una subida en la carga fiscal de la picadura, que representa actualmente la mitad que la de los cigarrillos tradicionales, cuando la recomendación de Bruselas es que se eleve hasta los dos tercios.
El Ejecutivo había argumentado hasta ahora que no era el momento de una subida, pero la presión de las multinacionales, bajo la amenaza de que se produjera una guerra de precios similar a la que hubo en 2006, podría haber hecho reaccionar a Economía.