Un cable secreto de la embajada estadounidense en Buenos Aires enviado hace un año describe a Argentina como un país cada vez más lleno de dinero del narco debido a la aplicación laxa de la ley contra el crimen organizado.
Según el cable el problema viene desde la propia presidenta, que "tiene quíé perder" si actúa contra quienes lavan dinero.
El lenguaje directo en el cable del 1 de diciembre del 2009, uno de cientos de documentos expuestos esta semana por el sitio de internet WikiLeaks, llegó el jueves a las primeras planas de los diarios de oposición de Argentina.
Otros cables diplomáticos filtrados muestran a los líderes argentinos de una forma poco halagadora, incluyendo uno del 31 de diciembre del 2009 en el que se pidió a la embajada que descubriera si la presidenta Cristina Fernández estaba tomando algún tipo de medicamento para controlar su salud mental. Otro del 10 de septiembre del 2009 revelaba acusaciones no confirmadas de que su jefe de gabinete, Aníbal Fernández, tenía vínculos con los traficantes de drogas.
La secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton llamó personalmente el jueves a Fernández para disculparse desde Asia, donde pasó gran parte de su tiempo asegurándole a otros líderes que Estados Unidos tiene buenas intenciones a pesar del lenguaje poco halagador contenido en los cables diplomáticos que se suponía deberían haber permanecido sin divulgarse durante díécadas.
Ellos se defienden
Fernández respondió describiendo la importancia de la amistad que tienen Argentina y Estados Unidos, dijo P.J. Crowley, vocero del Departamento de Estado.
Las autoridades argentinas no hicieron declaraciones sobre el cable del lavado de dinero, pero el ministro de Justicia, Julio Alak, dijo el jueves a la conferencia de ministros de seguridad de las provincias que "el Estado libra, con todas sus armas y junto a los demás países de la región, una batalla sin cuartel contra traficantes de drogas, de armas y de personas".
Muchos de los cables que tienen que ver con Argentina resumen las opiniones y rumores sobre los conflictos políticos de Fernández y sus rivales.
En el caso del cable del 1 de diciembre del 2009 se presenta un detallado resumen de los esfuerzos del país por combatir el lavado de dinero, y llega a la conclusión de que la "ausencia casi completa del cumplimiento de la ley junto con una cultura de impunidad y corrupción dejan a Argentina lista para que los narcotraficantes y las cíélulas terroristas" prosperen.
La riqueza de los Kirchner
El cable cita a funcionarios y ex funcionarios argentinos familiarizados con la situación de la aplicación de la ley en el país y describe varias dificultades, desde la falta de fondos para los investigadores hasta jueces desinformados, así como una ausencia general de voluntad política para lograr cambios en un país donde gran parte de la economía opera fuera de los libros contables con el fin de evadir impuestos.
La embajada aconsejó a Washington no esperar que el gobierno argentino haga algo al respecto, y mucho menos Fernández y su esposo, el ahora fallecido ex presidente Nestor Kirchner, cuya riqueza personal se disparó durante los años de ambos en el poder.
El cable tambiíén mencionó que la oficina argentina contra el lavado de dinero se había negado a responder a las solicitudes de Suiza, Liechtenstein y Luxemburgo para investigar reportes de presuntas transacciones sospechosas de los mismos Kirchner.
"Aunque los evasores fiscales y los políticos corruptos podrían ser la principal fuente del dinero sucio, la indiferencia prolongada del gobierno de Argentina ante la lucha contra el lavado de dinero y el combate a los fondos para el terrorismo podría crear un terreno local atractivo para los narcotraficantes y los terroristas internacionales", afirma el texto.
"Si el gobierno argentino no avanza para terminar con esos vacíos y reforzar la aplicación de la ley, pronto podría descubrir que su sistema financiero está contaminado con dinero del narco y fondos para el terrorismo", agregó.