“El mercado no se cree las píérdidas que dicen las cajasâ€
por Roberto Casado en Expansión
Con 74 años de edad, Charles Goodhart se resiste a suavizar su ritmo de actividad, centrada ahora en su tarea como profesor emíérito de Banca y Finanzas de la escuela de negocios London School of Economics.
Como prueba de su intensa semana laboral, Goodhart cita para la entrevista en sábado y en ella demuestra seguir al día todo lo que sucede en el panorama económico europeo: desde las últimas declaraciones de la canciller alemana Angela Merkel hasta la huelga de los controladores aíéreos españoles.
Goodhart, que fue miembro del comitíé de política monetaria del Banco de Inglaterra entre 1997 y 2000, no oculta su pesimismo ante la situación de la periferia europea. A su juicio, la deuda de estos países es "insostenible" porque su crecimiento es menor al interíés que pagan para financiarse, y ve dos problemas añadidos en el caso español.
Uno es el creciente descontento político y social por el efecto de los planes de austeridad, y el segundo es las dudas sobre la solvencia de las cajas de ahorro. Por ello, Goodhart espera nuevos ataques de los inversores a la deuda publica española.
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Los mercados internacionales están en tensión al percibir riesgo de impago en países de la periferia europea. ¿Se trata de una consecuencia de problemas fundamentales en la Eurozona o una reacción irracional de los inversores?
La situación responde a causas fundamentales. Durante el boom económico, los países perifíéricos de Europa no aprovecharon la financiación barata y la entrada de capital extranjero para expandir su capacidad económica en sectores creíbles y sostenibles. Irlanda y España se lanzaron a invertir en el sector inmobiliario; Grecia expandió el gasto publico, y en Portugal se disparo el consumo. En ese proceso, perdieron buena parte de su competitividad ante Alemania. Al llegar la crisis, el necesario ajuste que requieren esos países es muy difícil al estar en una moneda común (el euro), pero sin una unidad fiscal que permita transferencias de unas zonas a otras.
¿Por quíé ese problema ha acabado reflejado principalmente en la deuda pública?
En cuanto llegó la crisis, el sector privado de esos países se lanzó a ahorrar para reducir deuda, así que los gobiernos tuvieron que intervenir para evitar el colapso económico. En países como Irlanda donde los bancos se expandieron de forma poco inteligente, el Gobierno ha acabado asumiendo sus píérdidas. Todo ello ha aumentado la deuda pública, y la reacción de los mercados es comprensible: exigen un mayor interíés a los Gobiernos para financiarles.
¿No cree que España esta mejor que Grecia, Irlanda o Portugal?
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España tiene dos problemas ante los mercados. El primero es que muchos inversores se preguntan, con un 20% de desempleo, cuanto aguantará el país las medidas de austeridad sin que brote un gran descontento político y social. La huelga de los controladores aíéreos es una mala señal. El segundo problema es que los mercados no se creen los datos oficiales de píérdidas de las cajas de ahorros. Los inversores creen que las cajas están peor que lo que se dice, lo que haría vulnerable a todo el sistema financiero español.
¿Bastan los planes de austeridad y las reformas estructurales lanzados por España para salir de esa situación?
No es suficiente. Las reformas pueden ser positivas a largo plazo, pero pensar que solucionan el problema actual es un deseo inalcanzable. Lo que necesitan los países para reducir deuda es que su economías crezcan más que el interíés que pagan. Si no, es insostenible. Y con la demanda interna en mínimos y la austeridad pública, sólo se crece con exportaciones, algo difícil por la imposibilidad de depreciar la moneda y la falta de competitividad.
¿Es la reestructuración de deuda o la ruptura del euro la única solución?
Espero que no se llegue a ese extremo. A corto plazo, la solución es que los países mas fuertes y el Banco Central Europeo ayuden a los más díébiles. En el peor de los casos, podría llegarse a la división del euro en dos bloques. A medio plazo, la Eurozona necesita mas integración fiscal para sobrevivir. Es inevitable.
¿Quíé puede calmar a los inversores?
La necesidad de esa ayuda entre países hace que esto sea un problema político. La intervención del BCE comprando bonos en el mercado soluciona problemas de liquidez a corto, pero no resuelve la insolvencia estructural de varios países. Por ello, espero que los mercados vuelvan a presionar cuando se conozcan los datos de PIB del cuarto trimestre de 2010 y se vea que España y otros países no crecen lo suficiente para pagar sus deudas.
¿Ve voluntad política de resolver el problema?
No se que pasará en Alemania. La idea de Angela Merkel de que los bonistas asuman parte de la reestructuración de deuda pública es deseable a largo plazo, pero plantearlo ahora no ayuda a resolver la crisis.
¿Ayudara Reino Unido a la Eurozona?
De hacerlo, como en Irlanda, será por un importe pequeño.