Por... MARTIN CRUTSINGER
WASHINGTON -- El díéficit comercial de Estados Unidos cayó en octubre a su nivel más bajo en nueve meses al aumentar la demanda de bienes estadounidenses en el exterior, gracias en parte a un dólar más barato en comparación con otras divisas.
El Departamento de Comercio informó el viernes que el díéficit se redujo a 38.700 millones de dólares en octubre, 13,2% menos que el díéficit de 44.600 millones registrado el mes anterior.
Las exportaciones aumentaron 3,2% a 158.700 millones de dólares, el nivel más alto desde agosto de 2008, impulsadas por las ventas de maquinaria, productos agrícolas y automóviles. Las importaciones bajaron 0,5% a 197.400 millones de dólares al caer la demanda de petróleo y autos importados.
El valor del dólar frente a las monedas de sus socios comerciales más importantes ha mostrado una tendencia a la baja desde marzo de 2009, lo que ha ayudado a impulsar las exportaciones de Estados Unidos.
Pierre Ellis, economista de la firma Decision Economics, dijo que el salto en las exportaciones refleja el descenso del dólar y tambiíén un crecimiento económico más fuerte en muchos mercados de exportación de Estados Unidos.
Dijo que esto debería ayudar a impulsar el crecimiento económico general en Estados Unidos durante el último trimestre del año. Eso sería un cambio en comparación con trimestres anteriores, en los que el creciente díéficit comercial ha sido un lastre para el crecimiento del país.
El sustancial aumento de las exportaciones debería ser una buena noticia para el gobierno del presidente Barack Obama, empeñado en duplicar el mercado exportador para combatir el desempleo en Estados Unidos.
El díéficit comercial con China, un delicado tema político, bajó un 8,3% a 25.500 millones de dólares en octubre, aunque sigue siendo el mayor desequilibrio comercial de Estados Unidos con otro país. Es lo que va de año, el desequilibrio comercial con China es un 20,3% superior al nivel del año pasado y está en camino de igualar el ríécord de 2008.
El creciente díéficit ha incrementado la presión política tanto en el Congreso como en el gobierno de Estados Unidos para que presionen a China por lo que muchos consideran prácticas comerciales y monetarias injustas.