Cuánto menos dinero salga de la caja mejor. Ese es uno de los propósitos de Banco Santander desde que comenzó la crisis para evitar un descenso de los recursos propios. Por ello lleva dos años pagando parte del dividendo en acciones en lugar de dinero. Ahora, quiere hacer lo mismo con la nómina de sus más de 33.000 empleados en España, a los que le ofrece cobrar un porcentaje de su salario en especie a partir de 2011.
La entidad presentó hace un par de meses a los sindicatos lo que denomina Plan de Retribución Flexible, que permite al trabajador de forma voluntaria percibir parte de la nómina en productos diversos. Esta fórmula ya la utilizaba Banco Santander con la clase alta de su plantilla. Pero a partir del 1 de enero quiere extender este sistema a todos los empleados de la entidad en España.
La oferta, que es de voluntaria aceptación, tiene una ventaja fiscal al reducirse el importe a pagar en concepto de IRPF. El convenio colectivo de banca permite esta modalidad, siempre y cuando no se altere la cantidad bruta del salario. Tal y como se regula en dicho convenio, solo se puede cambiar parte de la nómina por equipos informáticos, seguros míédicos y guardería.
Eso es lo que ha ofrecido Santander a toda la plantilla en España. Canjear parte del salario por ordenadores –propone cinco modelos- de la marca Hewlett Packard, contratar los servicios de una guardería a elegir siempre que estíé dentro de la red Accor, y suscribir un seguro míédico con Asisa. Ni el banco ni los sindicatos han querido dar cifras de los empleados que se han adherido a esta propuesta, pero fuentes próximas a la iniciativa hablan de una positiva aceptación.
Prueba de ello es que se han ampliado los plazos para solicitar cualquier de los tres productos. En principio, se podían pedir entre el 1 y el 15 de octubre en el caso de los ordenadores y entre el 1 y el 15 de noviembre, el seguro míédico. El periodo de ambas opciones se ha alargado hasta finales de este mes. Fuentes próximas al banco añaden que, además de reducirse el importe a pagar en concepto de IRPF, la propuesta tiene otra ventaja, puesto que al cotizarse a la Seguridad Social por la totalidad de las retribuciones, las cotizaciones no disminuyen. De esta manera, no tendrá efectos negativos en las futuras prestaciones por jubilación.
Fórmulas de ahorro
El plan tambiíén tiene beneficios para la entidad, que lleva ya dos años buscando alternativas para ahorrarse dinero en metálico. En 2009 ya aprobó pagar el segundo dividendo a cuenta en acciones o en efectivo, a libre elección del inversor, con la salvedad de que en caso de no comunicarlo directamente al banco depositario, el pago se haría en especie. Hace un mes repitió la fórmula con el dividendo correspondiente a 2010. El 84% de los accionistas optaron por percibir la retribución con títulos, lo que ha permitido a Santander frena una salida de caja de 823,43 millones de euros. Curiosamente, Emilio Botín, presidente del primer grupo financiero español, lo recibió en dinero constante y sonante, como así hizo el pasado año.
Santander fue el primero que puso esta medida en marcha en plena crisis de liquidez del sistema financiero. Pero no el único. Otros, como BBVA y Banco Popular, le copiaron la idea, ya que de esta manera evitaban una salida de caja significativa, al tiempo que reforzaban los recursos propios ya que el pago se hacía con acciones nuevas procedentes de ampliaciones de capital.
Tambiíén lo puso en práctica Iberdrola, que en junio ofreció esa posibilidad a sus accionistas. El 64% se decantó por el dividendo en especie, lo que le permitió ahorrarse más de 800 millones. En este caso, llamó la atención que ACS, primer accionista individual, prefirió el dinero antes que los títulos pese a que estaba en la carrera por aumentar su participación hasta el 20%. La elíéctrica ha vuelto a repetir esta fórmula con la retribución de diciembre.
Santander no es el primer banco que pone encima de la mesa medidas para contener el gasto. A mediados de 2009, BBVA propuso a sus trabajadores una baja temporal, una iniciativa innovadora en el sector, que consistía en la posibilidad de dejar los puestos de trabajo durante un determinado tiempo para realizar cursos de formación durante uno o dos años con un sueldo de 6.000 euros. Además, los empleados con una antigí¼edad mínima de ocho años podían acogerse al plan durante tres, cuatro o cinco ejercicios con un recorte del salario del 30%, aunque con un suelo garantizado de 12.000 euros. La medida apenas tuvo aceptación.