En los últimos años con la demanda de la China, el mercado mundial del mineral de hierro se ha convertido en una verdadera pesadilla para las empresas siderúrgicas que usan el acero como materia prima.
El precio del mineral de hierro se ha elevado a precios jamás soñados y la escasez del mineral continúa, pues las tres más grandes proveedoras del mineral: La brasileña Vale do Río Doce, la australiana Vino Tinto y la anglo-australiana Billitón, apenas alcanzan a cubrir el 70% de la demanda mundial, esto ha producido grandes píérdidas, por ejemplo la Nissan ha perdido en un solo año 350 millones de dólares y ha dejado de ensamblar 55.000 autos, por falta de la chapa de acero.
Llama la atención que con una situación tan favorable, la Jindal no acelere sus trabajos para aprovecharla, ¿Será que esta empresa que es familiar no cuenta con los recursos necesarios para organizar una exportación masiva? Por otro lado sería bueno que el Gobierno conociendo la subida del precio y sobre todo la urgente necesidad de mineral de hierro en el mundo siderúrgico, trate de renegociar las condiciones económicas.
Es fácil imaginar los ríéditos que este importante negocio producirá, pues se trata de 20 mil millones de toneladas de mineral que se les ha dado como concesión, de los cuales debido a la ley del mineral, el 60% es mineral comerciable o sea 12 mil millones de toneladas, si consideramos que de esa cantidad otra vez el 60% cumpla con las condiciones exigidas en ley y tamaño, estamos hablando de 7.200 millones de toneladas que con un precio conservador de 60$us./tn., podemos inferir que se trata de un negocio de 432.000 millones de dólares, solamente vendiendo mineral en granza.
Pero si eso se convierte en hierro esponja, proceso relativamente sencillo y que emplea gas natural, el precio se multiplica por 10 y si se continúa hasta la fabricación de acero, entonces se abren las puertas para la instalación de infinidad de empresas, desde clavos, tornillos, etc., pasando por la fabricación de herramientas pequeñas y grandes, fierro de construcción, chapas, tubos y muchos etcíéteras, es decir que se le ha puesto por fin la columna vertebral a la industria de nuestro país.
