Once líos energíéticos para 2011
por Miguel íngel Patiño en Expansión
Que un secretario de Estado de Energía que está a punto de dejar su cargo redacte un real decreto ley, a altas horas de la noche y antes del día de Navidad, dice mucho de la situación de su sector.
Así ocurrió el pasado miíércoles, cuando Pedro Marín convocó por la noche a su equipo para perfilar una norma que estableciera “medidas urgentes para corregir el díéficit tarifario elíéctricoâ€. Las ocho páginas del decreto suenan a chino para el común de los mortales. Sobre todo porque entre mazapán y mazapán nadie está para que le amarguen la Nochebuena diciíéndole que el BOE de ese día es un compendio de los líos de los últimos diez años y va a condicionar lo que se paga de luz en los próximos quince.
1. Conocer la madre de todos los problemas, el primer reto.
En España, se mezclan varios problemas energíéticos, pero la madre de todos es una. Desde hace una díécada, los sucesivos gobiernos del PP y del PSOE no se han atrevido a subir la luz lo suficiente. El resultado es que las tarifas no cubren los costes, creando un díéficit que ya suma 14.000 millones de euros y pronto superará los 20.000 millones.
2. El espejismo de la luz barata.
En su día, el Gobierno del PP reconoció que las elíéctricas tenían derecho a cobrar el díéficit. Se inventó la titulización elíéctrica, que continuó el PSOE. Consiste en pedir príéstamos a los bancos con los que resarcir a las elíéctricas. Luego, a los bancos se les devuelve el dinero, con intereses, mediante recargos en el recibo de la luz durante quince años. En España se ha creado el espejismo de no subir la luz o subirla poco, cuando en realidad lo que ocurre es que se ha ido generando una hipoteca elíéctrica por quince años. Romper ese espejismo es otro reto.
3. ¿Por quíé explota todo?
La crisis financiera internacional que estalló en 2008 hizo inviables las titulizaciones. Para colmo, la crisis económica española provocó una caída del 10% en la demanda elíéctrica. El díéficit de tarifa no se pudo financiar con más críéditos y la caída de la demanda lo agravó.
4. ¿Quiíén tiene la culpa?
Todos deberían hacer examen de conciencia. El PP ideó el díéficit de tarifa. El PSOE lo aumentó. Mientras las titulizaciones funcionaron, las elíéctricas disfrutaron de ellas. Podían cobrar el díéficit sin que nadie mirara exhaustivamente si sus costes eran realmente los que decían tener. Los consumidores eran felices porque tenían luz barata, sin importarles si a futuro iban a pagar más. Antes de la crisis, todo era un mundo idílico, que además se pintó de colores, con el boom de la energía verde. Con suculentas subvenciones, España duplicó sus renovables entre 2004 y 2010. Las subvenciones, que se apuntaban como coste del sistema elíéctrico, se multiplicaron hasta los 6.200 millones de euros en 2009.
5. Mil batallas cruzadas.
Con las titulizaciones paradas, los costes elíéctricos disparados por las subvenciones verdes, la demanda sin repuntar y decenas de centrales paradas, en 2010 todos terminaron culpándose unos a otros. El PP al PSOE y viceversa. Las elíéctricas contra las renovables, por la multimillonaria factura de las subvenciones. Y las renovables contra las elíéctricas, porque supuestamente ganan más de 1.000 millones extra al año con plantas amortizadas, como las nucleares. Los eólicos culpan a los fotovoltaicos de beneficiarse más de las subvenciones. Calmar este fuego cruzado será otro desafío.
6. El envenenado regalo del carbón.
Por si fueran pocos, el Gobierno de Zapatero creó otro frente al sobrecargar al sistema con subvenciones al carbón nacional, para salvar la deficitaria minería española. Las contradicciones se redoblaron. Un Gobierno que se proclamaba el más a favor de las renovables del mundo, creaba incentivos para el contaminante carbón.
7. Un problema nacional.
Las soluciones energíéticas sólo podrán llegar cuando se alcance una visión de Estado, que ponga fin a las incongruencias ideológicas en política y a los reinos de taifas de las autonomías. Batallas como las ayudas al carbón, o la ubicación del futuro cementerio nuclear, por citar algunas, han puesto de relieve disparidades dentro del mismo bando. Por ejemplo, la Xunta de Galicia, del PP, denunció las ayudas al carbón por afectar a las centrales que operan allí con carbón internacional. Pero Castilla y León, tambiíén del PP, apoyaba las ayudas. El Gobierno central del PSOE apostaba por un almacíén nuclear pero Castilla-La Mancha, tambiíén del PSOE, le declaraba la guerra.
8. ¿Un 10% de subida en la luz, es mucho o poco?
Las dos cosas. Es una subida ríécord de una sola vez. Pero, es poco si se tiene en cuenta que, según algunos cálculos, la luz debería subir otro 30% para acabar con el díéficit. Los usuarios se quejarán de la subida, obviando otros beneficios. Un servicio más caro incentivará el ahorro energíético, asignatura pendiente en España.
9. ¿Habrá más subidas?
Sí, pero no tan abruptas. El decreto no es para bajar el recibo, sino para que no suba tanto en próximas ocasiones. Lo que ha hecho el Gobierno es abaratar, por ley, las cargas del sistema elíéctrico. O se suprimen, como ha sido el caso de una parte de subvenciones a las renovables (especialmente las fotovoltaicas), o se obliga a las elíéctricas a asumirlas de su propio bolsillo. A las elíéctricas, por ejemplo, se les obliga a sufragar 670 millones en planes de eficiencia (las famosas bombillas de bajo consumo que envió Industria). Endesa debe pagar el 34,6% e Iberdrola el 32,7%. Al final, acabará pagando el usuario.
10. Quiíén gana y quiíén pierde.
El decreto introduce la idea de que todos deben hacer un esfuerzo. Junto a la subida del recibo, el Gobierno, en la práctica, lo que hace es una derrama colectiva, para que entre todos los vecinos de patio elíéctrico, se paguen los desperfectos del edificio. El tiempo dirá quiíén pierde o quiíén gana más, en función de las medidas legales que se planteen. Las elíéctricas se lo piensan. Las fotovoltaicas darán batalla legal en España y en Bruselas. A las fotovoltaicas se les da tres años más en cobro de primas a futuro, pero de golpe, hasta 2013, se les recorta 2.200 millones de euros en subvenciones, un 30% de las que cobran. A las elíéctricas se les fuerza a pagar algunas partidas y nuevas tasas, pero se les ha dado más seguridad para cobrar el díéficit de tarifa, con titulizaciones con aval del Estado hasta 22.000 millones de euros en 2011. Colocar esas emisiones en plena crisis de la deuda soberana es algo más que un reto. Será toda una proeza financiera.
11. Quiíén manda.
Paradójicamente, lo más incierto del decreto de Navidad es quiíén sucederá al autor del mismo, Pedro Marín. Quinielas no faltan (Alberto Lafuente, Carlos Ocaña, Fabrizio Hernández...) y tampoco rumores de la tardanza (desacuerdo entre Economía, Moncloa e Industria).