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Autor Tema: El club de las marcas de lujo idea campañas para luchar contra la piraterí­a  (Leído 1053 veces)

Zorro

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El club de las marcas de lujo idea campañas para luchar contra la piraterí­a

Por Jade del Arco

En pleno centro de Pekí­n se levanta el Silk Market, que no es un caótico rastro al aire libre -eso espera el turista ávido de compras-, sino un cubo acristalado como los muchos otros que se encuentran en el vecindario. Dentro, sí­, hay decenas de puestos, pero distribuidos en perfecto orden, tal como exigen las altas instancias chinas.

Y lo que está a la venta son falsificaciones a precios irrisorios, siempre que se sepa aguantar el tipo ante unas de las regateadoras más duras del mundo; no tienen vergí¼enza en agarrar de las solapas al occidental para que fije la mirada en sus artí­culos o incluso darle un manotazo si no acaba de decidirse. Así­, entre un lenguaje de signos y pocas palabras, los compradores más hábiles pueden llegar a hacerse con un bolso de Gucci por 10 dólares, mientras que el original alcanza varios cientos de euros.


Impunidad total

A la salida del mercado se ve muy contentos a los turistas, mientras las marcas de lujo siguen poniendo caras largas por el boyante negocio de las imitaciones. En China, la impunidad es total. Pero estas firmas no se resignan: son muchas las medidas que han puesto en marcha para combatir la competencia desleal. La más visible de todas es el Comitíé Colbert (www.comitecolbert.com), una asociación de empresas de origen francíés que lucha con denuedo por hacer comprender al consumidor que una marca no es sólo su logo, sino tambiíén la calidad y la idiosincrasia que lleva implí­citas.


Diversas campañas

Son muchas las campañas promocionales que desarrollan y nada resulta tan difí­cil como proteger sus artí­culos de la piraterí­a. El Comitíé Colbert ha puesto en marcha programas, encuentros y festivales en las ciudades más importantes de Europa, Asia y Amíérica para llevar a cabo esta labor, citas en las que, de paso, tambiíén se muestran las novedades en productos y creatividad. Está integrado por empresas que, aunque buscan el beneficio propio, afirman que con su labor protegen tambiíén el patrimonio y la cultura que representan sus marcas. Son más de 70 firmas, todas con nombres muy reconocibles y ansiados: Chanel, Christian Dior, Louis Vuitton, Givenchy, Hí¨rmes, Lacoste, Hotel Ritz, Champagne Bollinger... Sus pilares son el buen gusto y la elegancia, porque no todo el mundo puede formar parte de este selecto comitíé.

Presidido por Franí§iose Montenay- antes presidenta de Chanel-, el Comitíé nació hace 54 años como resultado de la iniciativa de Juan-Santiago Guerlaim, de la firma perfumera, con el nombre de GrupoColbert; cinco años despuíés adquirió su actual nombre. Al principio estaba formado por una decena de empresas que sólo pretendí­an dar a conocer el lujo francíés.

Marcas como Adidas, Calvin Klein, Gucci, Rolex o Tiffany forman parte de otro club: The International Anticounterfeiting (www.iacc.org), una asociación que, desde 1979, tambiíén lucha contra las falsificaciones a travíés de la promoción de leyes, reglamentos y directivas para proteger sus patentes. Según sus propias estimaciones, las falsificaciones generan un díéficit de 400.000 millones de euros al año. Una de las iniciativas más originales es la que recientemente lleva a cabo en universidades de Estados Unidos, donde a travíés de cursos especí­ficos se está alentando a los jóvenes para que formen cadenas a travíés de sus blogs donde se denuncia la ilegitimidad de las falsificaciones. La IACC quiere calar como sea en una generación demasiado acostumbrada a traspasar las barreras de la propiedad intelectual a travíés de Internet.

Además de este tipo de iniciativas, hay otras más creativas: Louis Vuitton y el artista Takashi Murakami -famoso por sus pertubadoras y chillonas pinturas de evocación infantil- han iniciado una colaboración en el Museo de Brooklyn donde íéste expone su obra. Dentro hay un punto de venta y fuera diversos vendedores ambulantes con bolsos diseñados en exclusiva por el japoníés reinterpretando la marca de la casa. De esta manera se ha querido resaltar la originalidad de los artí­culos de Louis Vuitton, que reside primeramente en la concepción o filosofí­a de la propia empresa.

Todas las ideas son buenas para acabar con la falsificación del lujo. Las marcas que inician su lucha contra la piraterí­a venden productos con historia y calidad, a precios generalmente elevados pero tambiíén merecidos a tenor de los costes que dicen soportar. Desde estos clubes de la lucha quieren convencer de que comprar una falsificación no es íético ni legal. Claro que un bolso de Gucci por 10 dólares... A veces resistir la tentación puede ser muy difí­cil.

vuitton compara sus bolsos con obras de arte para resaltar su valor frente a las falsificaciones



Voy del oro a Squirrel Media y tiro porque me toca.