El Gobierno ya tiene decidido el plan para la privatización de Loterías y Apuestas del Estado (LAE). Lo hará a travíés de una salida a bolsa que contempla una Oferta Pública de Venta (OPV) con un amplío tramo para inversores minoristas. La operación, que recupera el viejo formato de enajenaciones de empresas públicas, ascenderá a unos 10.000 millones de euros, por lo que sería la colocación de acciones más grande de la Historia de la Bolsa española.
Fuentes próximas al Ministerio de Economía aseguran que ya han comenzado los trámites para la selección de las firmas de abogados que se encargarán de adecuar la compañía a los estándares financieros internacionales de cara a su salida a bolsa. Una vez se tengan elegidos a los despachos legales, el Ejecutivo hará un concurso para contratar un banco asesor que supervise el proceso. Despuíés, llegará el turno de las entidades coordinadores globales de la OPV.
Porque desde Economía ya se ha trasmitido a los bancos interesados en dirigir la operación que la privatización se hará mediante una colocación entre inversores particulares e institucionales. Aunque todavía es pronto para asegurar quíé porcentaje de las acciones se venderán entre ahorradores minoristas, si parece claro que el Gobierno quiere hacer una oferta multitudinaria para hacer partícipe al mayor número posible de personas.
De esta manera, se desestima la opción de vender Loterías y Apuestas del Estado a grandes jugadores del sector. Cuando el Gobierno oficializó su interíés en desprenderse de un tercio del capital del ente público, surgieron los nombres de varios candidatos para su compra. Aparecieron Bwin, que negó su interíés, la italiana Lottomatica y las españolas Codere, Cirsa y Recreativos Franco. Sin embargo, fuentes del mercado explican que ninguna de ellas tiene la capacidad financiera para adquirir el 30%.
Núcleo duro
Otra alternativa que ha analizado el Gobierno es la creación de un núcleo duro de accionistas en paralelo a la colocación en bolsa, tal y como se hizo en la privatización de Iberia, operación en la que entraron en su capital Caja Madrid, BBVA, El Corte Inglíés, British Airways y Logista como inversores de referencia. No obstante, esta fórmula provoca cierto rechazo entre los bancos de inversión porque la experiencia de la aerolínea no salió precisamente bien.
Por ello, y si la situación de los mercados lo permite, Loterías y Apuestas del Estado será una empresa cotizada antes del verano. Se recupera así el viejo sistema de privatizaciones empleado en los años noventa, primero por el PSOE de Felipe González y posteriormente por el PP de Josíé María Aznar. Si se concretan las valoraciones iniciales, según las cuales la capitalización oscilaría entre los 25.000 y los 35.000 millones, la OPV de LAE será la mayor de la historia de la bolsa española. Su importe puede rondar los 10.000 millones.
El ríécord actual lo tiene Endesa, cuya última oferta de acciones data del verano de 1998. Aquel año, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) colocó 306,80 millones de acciones de la compañía elíéctrica, equivalentes al 29,5% del capital. El Estado ingresó por aquella colocación 6.250 millones de euros, gracias sobre todo a las suscripciones de los inversores particulares, que compensaron el escaso interíés de los institucionales.
El hito anterior tambiíén estaba en manos de Endesa, de la que el Gobierno había vendido otro 25% en octubre de 1997. Por aquella enajenación consiguió 4.207 millones de euros, con una demanda total que superó los 24.000 millones. Más de 1,6 millones de invasores minoristas acudieron a la OPV.