Algo está cambiando en el sector industrial. Y en esta ocasión en la buena dirección. Lo dicen los datos más recientes de coyuntura -cifra de negocios, producción industrial, cartera de pedidos o exportaciones-, que reflejan un repunte significativo de la actividad. Suficiente para dejar atrás el hundimiento que se produjo en 2008 y, en particular, en 2009. Un autíéntico bienio negro de la industria española.
El repunte ha sido especialmente significativo en la cifra de negocios del sector. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), está creciendo ya a un ritmo del 2,6% en tíérminos reales (media anual hasta noviembre). Es decir, a años luz del -17,3% que se registró en 2009 o del -8,6% de un año antes. Se trata de la tasa más alta desde que comenzó la crisis económica.
No se está ante un dato aislado. Las cifras son coherentes con la producción industrial, que crece un 2,3% hasta noviembre tambiíén en tíérminos reales. Para el conjunto de 2010 (media anual), el aumento es del 0,8%, muy lejos del -15,8% registrado en 2009 o del -7,3% de 2008. Igualmente, se trata del mayor crecimiento desde que comenzó la crisis. Y la explicación tiene que ver con la evolución de los bienes de consumo, que han vuelto a tasas positivas en 2010. Con mayor intensidad en el caso de los bienes no duraderos.
La producción de bienes de consumo crece, en concreto, un tímido 0,6%, pero hay que tener en cuenta que un año antes la caída fue del 8,2% en tíérminos reales (descontando el efecto de los precios).
La Encuesta de Coyuntura Industrial apunta en la misma dirección de recuperación de la actividad, y lo mismo sucede con la Encuesta de Inversiones Industriales, que ha vuelto a tasas positivas (11%) tras el descalabro de 2009 (-33%).
La mayor actividad se ha traducido en una ligera mejora de la utilización de la capacidad productiva (el indicador clave del sector), que se sitúa en el 72%, lo que significa que el 28% restante continua estando ocioso. El porcentaje todavía es muy bajo en tíérminos históricos (llegó a situarse en 82,1 puntos en 2007, pero refleja un punto de inflexión respecto del primer trimestre de 2010, cuando llegó a los 69,5 puntos porcentuales.
Esta baja utilización de la capacidad productiva explica, en todo caso, que la recuperación del sector no se está traduciendo en un aumento del empleo, que en 2010 cayó un 4,7%. O lo que es lo mismo, se destruyeron casi 112.000 puestos de trabajo.
Un largo camino por recorrer
El hecho de que la industria se recupere no significa, sin embargo, que a corto plazo España estíé en condiciones de recuperar niveles de actividad previos a la crisis. En 2007 el índice de producción industrial se situaba en 106,2 puntos (base 100 en 2005), y según los últimos datos oficiales en estos momentos el índice alcanza los 89,7 puntos. Esto significa que todavía hay por delante un largo camino que recorrer antes de alcanzar los niveles de actividad anteriores a la recesión.
La recuperación de la industria es vital para la recuperación de la actividad y del empleo, y aunque ha ido perdiendo peso respecto del PIB -en favor del sector servicios- todavía es clave en tíérminos económicos. Los datos del INE reflejan que el sector aglutina a 149.601 empresas, con una cifra de negocios (año 2008) equivalente a 628.903 millones de euros, y un valor añadido superior a los 151.000 millones de euros.
La recuperación de la industria tiene que ver, fundamentalmente, con el crecimiento de las exportaciones en coherencia con los mayores niveles de actividad en los países centrales del euro (principalmente Alemania), hacia donde se dirige la mayor parte de las ventas al exterior. Las exportaciones crecen a un ritmo del 16,9%, y un 16,3% en el caso de la industria manufacturera. Las ventas al exterior de sectores tan representativos como la fabricación de vehículos o la industria química están creciendo un 11,5% y un 25,1%, respectivamente. Mientras que la fabricación de material de transporte aumenta un 14,9% en tíérminos anuales. Aún así, en 2010 se fabricaron en España medio millón de vehículos menos que en 2004, cuando se rozaron los tres millones de unidades.