España planea inyectar miles de millones de euros al atribulado sistema de cajas de ahorro para obligarlas a adoptar estructuras más transparentes, según un artículo en The Wall Street Jounal citando a fuentes cercanas. La medida equivale a un reconocimiento de que los esfuerzos previos para sanear las finanzas del sector han, en su mayor parte, fracasado.
El mismo medio comenta que el gobierno espera que la iniciativa disipe las dudas de los inversionistas respecto a la salud de sus finanzas. "El país ya combate los rumores de que podría verse forzado a solicitar un rescate, lo que ha pesado sobre la cotización del euro. El temor a que las cajas de ahorro no puedan acudir a los mercados para recaudar capital y no tengan más remedio que depender de los fondos del gobierno fue una de las razones por la que la clasificadora de riesgo Moody's Investors Service colocó el mes pasado la calificación de la deuda española en revisión de cara a una posible rebaja.
No obstante, la necesidad de recaudar capital fresco, que según algunas estimaciones podría ascender a US$30.000 millones de euros (US$40.160 millones) podría tensar aún más las finanzas españolas.
Los economistas calculan que el país necesita captar 125.000 millones de euros en 2011 (US$106.782 millones) para cubrir su díéficit y refinanciar deuda que vence. El banco de inversión suizo UBS estima que el costo final del saneamiento de las cajas fluctuaría entre los 20.000 millones de euros y los 120.000 millones de euros.
En una primera etapa, España prepara la emisión de un bono de 3.000 millones de euros que irán a parar al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), su fondo de recapitalización de la banca. El gobierno estaría diseñando planes para recaudar más de 30.000 millones de euros, según fuentes cercanas a las conversaciones, aunque algunos recalcan que la cifra podría ser inferior.
Otro paso probable es la simplificación de las complejas estructuras de las cajas, volviíéndolas más parecidas a los bancos tradicionales. Las cajas, que acumulan cerca del 42% de los activos bancarios en España, se han caracterizado por su confusa estructura de propiedad y de gestión y divulgan mucha menos información financiera que los bancos.
Sus juntas directivas están conformadas por políticos locales, sindicalistas, clientes y, en algunos casos, sacerdotes católicos, muchos de los cuales han sido renuentes a ceder su influencia.
Estas entidades financieras, cuyos activos bordean 1,3 billones (millones de millones) de euros, 42% del total del sistema bancario, fueron las grandes perdedoras tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y sus carteras incobrables y píérdidas potenciales podrían ser cuantiosas.
El año pasado, el gobierno español forzó una oleada de fusiones que redujo el número de cajas de 45 a 17, pero sus estructuras confusas han ahuyentado a los inversionistas.
El objetivo de la actual reestructuración es obligar a la cajas a colocar todos sus activos en un holding central y racionalizar su administración, haciíéndolas más parecidas a los bancos tradicionales y más atractivas para los inversionistas privados, dicen fuentes cercanas. Los cambios estructurales podrían implementarse mediante una ley o como una condición previa para acceder a los fondos fiscales.
Las nuevas medidas constituyen, asimismo, un reconocimiento de que el reordenamiento impulsado el año pasado no funcionó. El gobierno creó el FROB y le inyectó 9.000 millones de euros, pero los matrimonios forzados fueron difíciles de ejecutar en la práctica.
Las juntas directivas de las cajas fusionadas mantuvieron disputas internas sobre toda clase de asuntos, desde la remuneración de los ejecutivos hasta el horario de apertura de las sucursales.
Lo más preocupante es que las cajas fusionadas se toparon con obstáculos a la hora de levantar fondos. En la mayoría de los casos, los nuevos bancos no fusionaron totalmente sus activos, sino que se limitaron a poner sólo una parte de ellos bajo el control de un holding central.
Los inversionistas quedaron desconcertados. La firma de capital privado J.C. Flowers, que en julio se comprometió a comprar 450 millones de euros en deuda de Banca Cívica, una combinación reciíén formada de cinco cajas en Madrid, dejó en suspenso su inversión hasta evaluar la integración final de la institución, dijo una persona cercana al fondo.
A fines de noviembre, el Banco de España exhortó públicamente a las cajas a acelerar la combinación de sus negocios y la reducción de sus costos. La semana pasada, el presidente del gobierno español, Josíé Luis Rodríguez Zapatero, calificó la recapitalización de los bancos como un "objetivo urgente".
La presión parece haber surtido algún efecto. Algunas cajas de ahorro decidieron abandonar su modelo descentralizado y transformarse en entidades más parecidas a los bancos. Cajastur, por ejemplo, anunció a fines del mes pasado que centralizará el 100% de sus activos.
El gobierno esperará para dar un ultimátum hasta que analice la información detallada sobre el tipo y la calidad de los príéstamos que las cajas otorgaron al sector inmobiliario, dijeron fuentes cercanas. Esa información será hecha pública por primera vez a fines de este mes y en febrero."