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Autor Tema: El FMI rebaja la previsión de crecimiento de España en 2011 y 2012  (Leído 300 veces)

Eguzki

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El FMI ya dio un disgusto al Gobierno en octubre cuando previó un crecimiento muy por debajo del que este esperaba para 2011, algo que compromete el objetivo de rebaja del díéficit, clave para la credibilidad del paí­s en los mercados. Ahora, en una actualización de sus previsiones, el Fondo agudiza su pesimismo y rebaja una díécima su previsión de crecimiento de entonces para dejarla en el 0,6% en 2011. El año siguiente, el crecimiento será del 1,5%, un 0,3% por debajo de lo que este organismo tení­a calculado y, de nuevo, mucho menos de lo esperado por el Ejecutivo, que cuenta con un avance del 1,3% este año y un 2,5% el que viene.
El aníémico crecimiento de España se enmarca en un no menos aníémico crecimiento previsto para la zona euro y para las economí­as avanzadas en su conjunto que apenas crecerán más del 2,5% en estos dos años. En buena medida, el crecimiento llega de los planes de estí­mulo económico tanto de EE UU como de Japón y la buena evolución de Alemania. En el Fondo se reitera, no obstante, que el crecimiento global se mantiene a dos velocidades, y la más dinámica la disfrutan los paí­ses emergentes que permitirán que la economí­a mundial crezca un 4,4%, un cuarto de punto más de lo proyectado en octubre.

Todo ello contando con una subida de los precios de las materias primas y la energí­a. El precio medio del barril del petróleo se estima que rondará los 90 dólares frente a los 79 estimados en octubre.

Aunque en esta actualización del Informe de Perspectivas de la Economí­a Mundial (WEO en sus siglas en inglíés) reciíén hecha pública se explica con cierto optimismo que en las economí­as avanzadas la actividad "se ha moderado menos de lo esperado hace unos meses", tambiíén se deja claro que esta sigue siendo díébil, el paro elevado y las tensiones en la periferia de la zona euro están contribuyendo a elevar los riesgos sobre la economí­a. Desde este organismo de Washington, no se ha profundizado más en su informe escrito sobre la situación de España en particular pero este es uno de los paí­ses que forman parte de la llamada periferia de la zona euro (junto con Grecia, Irlanda y Portugal) a la que si se refiere en su conjunto al destacar la revisión a la baja generalizada de las perspectivas económicas de los paí­ses que la forman.

De hecho, a la hora de hablar los riesgos que hay para un retroceso sobre los pequeños avances en la lenta recuperación, el primero que enuncia el Fondo es la posibilidad de que las tensiones "de la periferia de la zona euro se extiendan al núcleo de Europa". "El riesgo es resultado de la debilidad de las instituciones financieras de muchas de las economí­as de la región y de la falta de transparencia en torno a sus exposiciones".

El informe se hace público apenas 24 horas despuíés de que desde el Gobierno se exigiera a la banca y, sobre todo, a las cajas un mayor esfuerzo y rigor para reforzar su solvencia y calmar a los mercados.

De acuerdo con el Fondo, a pesar de que la periferia apenas origina una pequeña parte del comercio y el producto global de la zona euro, los ví­nculos financieros con los paí­ses que integran el núcleo de la zona y el contagio generado por la intensificación de la aversión al riesgo y la caí­da de los mercados podrí­an dar lugar a una desaceleración en el crecimiento y la demanda que obstaculice la recuperación mundial. El riesgo sistíémico soberano continua a pesar de que en la última segunda ronda se ha contenido mejor que en la primera cuando la crisis estalló en Grecia. El organismo prevíé que las tensiones sigan siendo intensas en los paí­ses perifíéricos debido a la preocupación de los mercados por los riesgos soberanos y bancarios, además de "la viabilidad de las medidas de austeridad y la ausencia de una solución integral". La previsión de los economistas de esta institución en Washington es que los costes de financiación bancarios se mantengan elevados al menos durante el primer semestre del año y que la turbulencia financiera se reavive.

El Informe de Estabilidad Financiera, elaborado por el equipo de Josíé Viñals, tambiíén hecho público presenta en este sentido una mirada muy gris sobre los escasos avances desde el estallido de la crisis. Los expertos del Fondo decretan que la estabilidad financiera no está asegurada, hay importantes frentes abiertos en la polí­tica económica, la reestructuración de los balances no se ha completado y el apalancamiento es aún elevado. Y entre las asignaturas pendientes, pese a los avances de Basilea III, siguen estando las reformas regulatorias a nivel internacional para afianzar los cimientos del sector financiero.

Lo que los economistas de esta institución sugieren es que se alivie la tensión financiera en la zona euro, avanzar en el saneamiento y las reformas del sistema financiero y la consolidación fiscal a medio plazo. En ese sentido se valora la mayor claridad de las pruebas de resistencia que se van a hacer a la banca y la previsión de una rápida recapitalización. El FMI tambiíén da su apoyo al Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera aunque recuerda que debe tener la capacidad para movilizar recursos rápidamente y desplegarlos con flexibilidad.

El consejo para el BCE es que siga proporcionando liquidez y siga comprando tí­tulos. El Fondo no se ha manifestado por escrito sobre las posturas más agresivas de su presidente, Jean Claude Trichet con respecto a la inflación. Para esta institución la subida de las materias primas y el crudo no tendrá un impacto negativo muy fuerte en las economí­as desarrolladas algo en lo que Trichet no está del todo de acuerdo a juzgar por una entrevista que concedió a The Wall Street Journal y fue publicada el lunes. "La orientación monetaria acomodaticia debe continuar en las economí­as avanzadas", explica el FMI en su WEO.

En el capí­tulo de riesgos, el WEO avisa de las consecuencias negativas de un insuficiente avance en los planes de consolidación fiscal a medio plazo en las economí­as avanzadas y recuerda que el díéficit fiscal de EE UU, la gran economí­a del mundo, está proyectado casi en un 11%, más del doble que el de la zona euro y que la deuda pública bruta superará el 110% del PIB en 2016.