Nariman Behravesh es en el mundo de la economía y las finanzas lo más parecido posible a un vidente. Y el grupo multinacional estadounidense IHS Global Insight, en el que ejerce como economista jefe, lo más parecido a una bola de cristal. Su misión: facilitar a sus clientes previsiones, datos y análisis económicos, financieros y políticos sobre más de 200 países y 170 sectores para cimentar decisiones.
¿Ha arraigado la recuperación o puede descarrilar en 2011?
La recuperación global continuará en 2011, y el riesgo de recaída es ahora considerablemente menor que hace seis meses. Eso no quiere decir que no haya problemas como la deuda pública de la zona euro. O el alza de los precios de los alimentos, que no dañará mucho a las economías desarrolladas, pero sí a los países en vías de desarrollo. Una cuestión preocupante es un aterrizaje duro en China, no durante este año, pero quizás el año que viene o el siguiente. Los precios del petróleo no me preocupan mucho: se mantendrán en los 90 dólares por barril durante la mayor parte de este año, aunque pueda llegar de manera breve a los 100 dólares. Quizás suba en 2012.
¿Cómo ve desde EEUU el escaso crecimiento europeo?
Hay un mundo a dos velocidades, pero tambiíén una Europa a dos velocidades. Alemania, Francia, Holanda, Bíélgica, Austria, y los países nórdicos crecen bien. Pero los del sur, más Irlanda, no van tan bien.
Díébil crecimiento de España
¿Está el euro en peligro?
En cierta medida, sí. Pero la probabilidad de que un país lo abandone voluntariamente o porque se vea obligado es baja, no más de un 10 o un 15 por ciento. Lo que sí es inevitable es la reestructuración de la deuda de Irlanda y Grecia, y quizás de Portugal. En el caso de España, no creo; el peligro es menor porque su deuda no está tan en manos de extranjeros como la griega. Tambiíén creo que es baja la probabilidad de que España deba ser rescatada por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque el peligro existe. El problema para España es que el crecimiento será muy díébil en los próximos años.
¿Cuál es su percepción del sistema bancario español?
Las entidades más pequeñas, como las cajas de ahorros, está claro que tienen problemas y que veremos un cierto grado de consolidación. Pero la gran cuestión son los grandes bancos, sobre los que no sabemos completamente cómo de grande es el problema.
¿Se refiere a entidades como Santander y BBVA?
Sí, exactamente. Desafortunadamente no tenemos una imagen muy clara, pero imagino que habrá alguna vulnerabilidad relacionada con el mercado inmobiliario. Si fuera un político español, empezaría a pensar en cómo ayudarles si las cosas empeoran. Un escenario posible es que España atraviese otros dos años de crecimiento muy díébil o ligeramente negativo, lo que sería una situación muy mala para la banca. La historia muestra que las crisis financieras son siempre mucho mayores de lo que pensamos al principio, y que se descubren problemas que no vimos antes.