El Gobierno español no renuncia a la Tasa Tobin. El impuesto internacional a las transacciones financieras internacionales para combatir la pobreza en el mundo con el que, junto a la Alianza de Civilizaciones, el presidente Josíé Luis Rodríguez Zapatero quiere dejar su particular sello en la historia .
Una propuesta que ya fue descartada en la Unión Europea y en los grandes foros el año pasado, pero para la que ahora, España cuenta con un aliado de peso, la Francia de Nicolás Sarkozy, que este año, además, ocupará la Presidencia del G-20. Circunstancia íésta que se acompaña por la presidencia española, en el segundo semestre, del Grupo Piloto sobre financiación innovadora de la ayuda al desarrollo, al que pertenecen más de 40 países
"Vamos a trabajar para conseguir que este año sea posible un mecanismo de imposición global sobre las transacciones financieras internacional, en colaboración con Francia", anunció el pasado miíércoles la Secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, en la comisión correspondiente del Congreso, mientras in- tentaba justificar el recorte de 1.031 millones de euros que el Gobierno ha aplicado al Plan Anual de Cooperación Internacional (PACI) para el año en curso.
Instrumentos de financiación
Un recorte que, pese a todo, deja al PACI con la nada despreciable cantidad de 4.233 millones de euros, siete veces superior a los exiguos 630 millonesde euros que el Ejecutivo ha dejado para el apoyo a la internacionalización de las empresas.
Y es a la vista de este recorte que desde el Ministerio de Asuntos Exteriores se van intensificar los esfuerzos en la búsqueda de nuevos instrumentos de financiación nacionales e internacionales, entre los que la Tasa Tobin ocupa un lugar prioritario, máxime cuando, en Francia, el presidente Nicolás Sarkozy se ha erigido en defensor entusiasta de la idea.
"Un grupo de países líderes debe dar ejemplo y aplicar la tasa sobre las transacciones financieras", dijo Sarkozy durante su intervención del 26 enero en el Foro de Davos. una sugerencia que justificó recordando que "en Copenhague, los grandes países del mundo tomaron la decisión de girar a los países más pobres 120.000 millones de dólares a partir de 2020, pero como todos nuestros presupuestos están en díéficit , si no queremos ser criticados es necesario crear financiamientos innovadores", dijo el líder galo antes de asegurar que "no hay otra opción, es algo inevitable".
La rectificación de Soraya
Tambiíén durante la última semana los diputados de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, e ICV, Nuria Buenaventura, presentaban una proposición no de ley en el Congreso en la que se insta al Gobierno a que sitúe como "prioridad política" de sus participaciones en el Ecofin, el Consejo Europeo y las reuniones del G-20 el impulso a la citada tasa, proponiendo un "calendario concreto" de aprobación. Y ha sido tambiíén el tijeretazo presupuestario el que ha obligado a Soraya Rodríguez a dar marcha atrás en sus planteamientos radicales para pedir ayuda a las empresas, despuíés de haberlas negado el pan y la sal desde que accedió al cargo.
"Del Fonprode (Fondo para la Promoción del Desarrollo) no va a salir ni un solo euro para que una empresa española trabaje o venda sus productos", había asegurado una arrogante Soraya Rodríguez al quedarse con la parte del león del extinto Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD).
Y ahora, apenas un año despuíés, confesaba en el Parlamento que "queremos redoblar los esfuerzos para vincular al sector privado en la lucha contra la pobreza", y para ello anunció la puesta en marcha este mismo año de una línea de financiación específica y de asunción de riesgos para "acompañar las inversiones privadas españolas en los países pobres".
Las prioridades del Plan Anual de Cooperación Internacional se centrarán en 2011 en la agricultura y la seguridad alimentaria, especialmente en el continente africano, por considerar que la lucha contra el hambre es uno de los ele- mentos fundamentales para combatir la pobreza y cumplir los Objetivos del Milenio.
La Secretaría de Estado de Cooperación está trabajando tambiíén con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para preparar acciones a nivel internacional destinadas a impulsar "el trabajo digno, la reducción de las desigualdades y la creación de sistemas justos de protección social".