El repunte de la inflación en todo el mundo obliga a revisar la cartera de inversión. El pasado mes de enero, la tasa registró un aumento interanual del 3% en España. En Europa, la tasa se situó en el 2,4%. Con una perspectiva de subida de precios, la máxima es ajustar la cartera para que las ganancias superen este aumento. Aquí van las principales directrices:
1. Incrementar posiciones en renta variable. Lo primero es el diagnóstico que explica la subida de precios. Se trata de una inflación que viene dada por el aumento de la cotización de las materias primas y los alimentos, por lo que la tasa subyacente permanece baja. Christophe Donay, estratega jefe de Pictet Wealth Management, explica que esto favorece a las acciones “pues permite mejorar los márgenes empresariales y no es suficiente para que los bancos centrales incrementen tipos de interíésâ€.
2. Mercados desarrollados antes que países emergentes. Los países emergentes sí están viviendo un aumento de precios por encima del 4% y ya se han visto las primeras intervenciones de los bancos centrales. Donay añade un apunte a tener en cuenta además de las subidas de tipos: “La inflación de materias primas y alimentos a corto plazo supone un problema social, especialmente entre determinados países emergentes.â€
3. Elegir los sectores en los que invertir. Para batir la inflación no vale cualquier empresa. Roberto L. Ruiz Scholtes, director de estrategia de UBS, explica que se debe apostar por negocios con tarifas ligadas a la inflación, como concesionarias, autopistas y aeropuertos, y aquellas que puedan trasportar la subida a sus precios finales, por lo que descarta textiles y consumo básico. “Hay que tener en cuenta a petroleras y mineras, por supuesto, ya que no les hace falta que suba mucho el precio para seguir ganando. Sus perspectivas de beneficios son muy conservadoras, están hechas con previsiones de 75 dólares el barril y además generan mucha cajaâ€, añade.
Bruno Lippens, co-gestor del fondo Pictet High Dividend Selection, tambiíén confía en compañías de infraestructuras con elevados dividendos. “El denominador común son altas barreras de entrada, entornos regulados o industrias oligopolísticas, menos afectadas por ciclos económicos, con cierta protección contra la inflación por capacidad de aumentar preciosâ€, señala. Por sectores destaca energía, gas, agua y servicios públicos tradicionales, telecomunicaciones, gestión de residuos y transporte (peaje de carreteras, ferrocarril). Estas acciones tienen ratios de pago de dividendos en relación a beneficios del 65 al 75 por ciento, con margen para incrementarlos.
4. Las favoritas. Los expertos coinciden en el atractivo por sectores. Concesionarias, autopistas, aeropuertos, petroleras y mineras están entre sus recomendaciones. Ruiz Scholtes destaca algunos nombres: Ferrovial, OHL, ACS en España, y Europa, Total, BP, Rio Tinto y BHP Billiton.
Donay prima adaptar la cartera en función del perfil de riesgo del inversor y entre sus nombres destacados menciona BBVA y Santader para los inversores más arriesgados, ya que tienen en cuenta la diversificación de estos dos bancos. Lippens considera que GDF Suez y Fortum pueden despuntar en Europa por su sólida posición en mercados emergentes y su buen momento operativo. En EEUU recomienda aumentar la exposición a servicios públicos desregulados como Exelon, First Energy y Constellation Energy, “pues los precios de la energía probablemente ya han tocado fondoâ€, indica.
5. Materias primas: el oro, siempre ganador. Las materias primas encadenan meses de revalorización pero los expertos consideran que no se trata de una mera subida especulativa, sino que hay una demanda permanente que la respalda. Ruiz Scholtes destaca los metales industriales, energía, granos, cobre, oro y planino.
Para Donay el oro es la gran estrella: “sigue siendo inversión estratíégica a medio y largo plazo y es previsible alcance los 2.000 dólares la onza antes de 2015. En caso de inflación su precio debe subir y si hay deflación –lo que no es previsible- se puede comportar mejor que otros activos. Si hay resurgimiento de tensiones y crisis financiera actuará como activo refugio y alternativa a la moneda fiduciaria dólar. Ahora bien conviene oro físico -frente a ETF, derivados, estructuras o empresas mineras que tienen riesgos de contra parte y otros-. Por otra parte el oro físico es de liquidez reducida (y por tanto más recomendable para elevados patrimonios)â€, señala.