La promotora catalana no ha pasado el examen de su auditor respecto a las cuentas correspondientes a 2007. BDO Audiberia ni siquiera se ha atrevido a poner su firma en el informe anual del balance que realizó la inmobiliaria, ya que cuestiona la veracidad de la cifras y destaca el desorden de los números. Un acto que llevó ayer a la CNMV a tomar cartas en el asunto, suspendiendo la cotización de la compañía hasta nueva orden.
"No podemos expresar una opinión sobre las cuentas anuales de 2007", explicó el auditor.
BDO Audiberia ha puesto en la diana dos inversiones financieras a largo plazo que realizó Aisa, por un valor de más de 23 millones de euros. El caso es que el auditor no dispone de "suficiente" información para analizar esas operaciones. Datos que no le habrá facilitado la propia inmobiliaria.
Otra de las sospechas que señaló el auditor fueron las minusvalías de más de 24 millones de euros procedentes de una compraventa de un edificio con Nozar y de unas participaciones que mantiene en varias empresas, y que Aisa no ha recogido en su balance de 2007.
Pero aquí no acaba la historia. La auditoría indica que dos filiales de la inmobiliaria (Interlaken 2003 y Constructora Aldabea) deben ni más ni menos que 86,9 millones de euros a la matriz. En el caso de que el grupo Aisa no cobre esas deudas, la continuidad de su actividad podría verse afectada, hasta tal punto que puede verse interrumpida. "La cobrabilidad de estos saldos va ligada a la continuidad de las operaciones del grupo Aisa en su conjunto", indica la auditoría.
Sociedades con fondos propios negativos
Tambiíén el informe hace hincapiíé en que sociedades del grupo se encuentran con fondos propios negativos porque la valoración de sus propiedades (principalmente solares) se ha visto deteriorado por la crisis del mercado inmobiliario español. Una panorama que ha tenido su impacto en las cuentas de la inmobiliario.
Pero para más inri señala que Aisa negocia las condiciones del príéstamo sindicado con varias entidades financieras, quienes podrían optar por vencer anticipadamente ese críédito, ya que la inmobiliaria no ha cumplido con los requisitos pactados inicialmente.
Es decir, los bancos podrían embargar a la compañía porque no ha desembolsado los pagos correspondientes. La empresa ya se ha puesto manos a la obra para atajar esta situación, aunque al auditor no le consta que, al cierre del informe, los ejecutivos de Aisa alcanzaran un acuerdo con la banca.