En un sorprendente giro, Boeing ha sido finalmente la ganadora del contrato valorado en 35.000 millones de dólares para hacerse cargo y construir los aviones cisterna del Ejíército de EEUU, según informa el New York Times. Este supone un duro golpe para EADS y Airbus, que quedan fuera de juego tras una larga travesía judicial.
La decisión ha dejado boquiabierto a más de uno, especialmente porque Boeing y sus aliados en el Congreso ya daban por perdido el contrato a favor del EADS. De momento, el Departamento de Defensa de EEUU tiene previsto dar una rueda de prensa para ofrecer más detalles sobre el asunto.
El contrato es uno de los más importantes de los últimos años ofrecidos por el Pentágono y los expertos consideran que podría llegar a incrementarse hasta los 100.000 millones de dólares.
En febrero de 2008, el Pentágono anunció que el codiciado contrato iría a manos del consorcio europeo-estadounidense EADS-Northrop Grumman, pero la operación quedó en suspenso cuatro meses más tarde, cuando la Oficina de Contraloría del Gobierno estadounidense avaló una protesta presentada por Boeing.
Un dura batalla
La compañía aeronáutica de EEUU alegó entonces que la Fuerza Aíérea no había evaluado las propuestas con los mismos criterios para ambas.
La batalla se reabrió el pasado año cuando las dos competidoras presentaron sus nuevas ofertas.
Boeing, con sede en Chicago, ha apostado por utilizar una variación de su avión civil 767 para construir los aviones cisterna, que abastecen de combustible a los aviones militares en pleno vuelo.
La gran ventaja que ofrece la compañía estadounidense es que sus aeronaves serían más eficientes, en tíérminos de costos, que la variación del Airbus A330 ofrecido por los europeos.
Los aviones cisterna de Boeing consumirían así 24% menos de combustible que el modelo europeo, que además, según la empresa de EEUU, sería más caro de construir.
Los requisitos del Pentágono
Ambas compañías aseguraron que sus propuestas cumplían con los 372 requisitos que exigía la Fuerza Aíérea y que la construcción de las aeronaves crearía 50.000 empleos.
Los aviones de abastecimiento de combustible en vuelo servirán para reemplazar a algunos de los Stratotankers Boeing KC-135, que en su mayoría datan del año 1950.
Los aviones cisterna permiten a los aviones de combate, de suministro y a otras aeronaves cubrir largas distancias, algo crucial en misiones como las de Irak y Afganistán.
Con la victoria de Boeing se pone fin a casi una díécada de lucha entre ambas compañías, en la que el Pentágono se vio obligado a reorganizar su proceso de adquisición de aviones para hacerlo más sencillo y objetivo.
En los últimos meses ambas empresas llevaron a cabo un gran esfuerzo de promoción de sus respectivos proyectos, de manera que Boeing gastó cinco millones de dólares, mientras que EADS empleó 1,7 millones.