Las revueltas del Norte de ífrica están afectando de forma importante la evolución de un buen número de compañías españolas. Los sectores más sensibles a este tipo de acontecimientos, energíético, turismo, transporte y alimentario, se han visto obligados a revisar nuevamente sus estrategias para evitar males mayores en un año que ya se presentaba complicado.
A modo de vasos comunicantes, todas estas líneas de negocio se están viendo gravadas principalmente por la histórica subida del precio del crudo, lo que a juicio de los expertos lastrará más de lo previsto los márgenes empresariales al final del ejercicio y se notará en el bolsillo del consumidor final.
El propio ministro de Industria, Miguel Sebastián, reconocía hace unos días que una subida del 10% del barril de crudo se traduce en un impacto negativo de 6.000 millones de euros sobre la economía española y el sector empresarial nacional comienza ya a darle forma a esos números.
Ayer mismo, la filial española de energíética EDP aseguró que la situación de inestabilidad del Magreb y el mundo árabe afectará a los precios de la electricidad en el segundo trimestre del año, aunque no precisó cifras concretas. Por su parte, la petrolera Repsol, una de las empresas nacionales con más actividad en Libia con una producción diaria de 360.000 barriles, está pagando en bolsa la incertidumbre política de estos días con una caída de casi el cinco por ciento en la última semana. Su presidente, Antonio Brufau, ya reconoce que la situación tendrá sin duda un impacto negativo en sus cuentas a final de año debido a que el 11,5% de su beneficio operativo proviene exclusivamente de la zona del Norte de ífrica. Por si esto fuera poco, la agencia de calificación Fitch ya ha amenazado con rebajarle los perfiles de críédito, consecuencia directa de la situación inestable.
Pero esta cadena de contagios no es sólo una cuestión exclusiva del sector energíético. Las aerolíneas, lógicamente sensibles a las variables del petróleo, ya han comenzado a gravar a sus usuarios con una subida significativa en el precio de sus billetes. Grupos como Iberia, Spanair o Air Europa han aplicado un incremento de entre 5 y 10 euros por billete escudándose en el repunte de la cotización del oro negro. De hecho, el carburante supone para las aerolíneas hasta un 30% de los costes totales de operación.
Trasvase de turistas
En el sector turístico, las sensaciones son contradictorias. Como explica Josíé Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, pese a la situación de inestabilidad que generan las revueltas se está produciendo un trasvase de turistas de Egipto hacia Canarias, Baleares y la costa levantina, lo que representa una más que buena noticia para el sector.
"Hasta verano, la Islas Canarias estarán absorbiendo este turismo paquetizado, que tiene su temporada alta entre los meses de enero, febrero y marzo", explica. No obstante, según cifras de Exceltur, en las últimas semanas se ha registrado un incremento de turistas a Canarias y Baleares cercano al 5%.
Zoleda apunta, además, que la subida del petróleo encarece los movimientos de todos los operadores internacionales en la zona, una circunstancia que afectaría menos a España por una cuestión de proximidad geográfica.
En cuanto a los costes energíéticos derivados de esta crisis, los hoteleros tendrán que asumir en sus cuentas el gasto que representará esta subida generalizada, ya que los precios se negociaron hace ya seis meses.