La rebelión en Libia, que ha disparado el precio del petróleo, se perfila como un peligro para el crecimiento de la economía mundial, lo que significaría un estancamiento o la vuelta a la recesión de algunos países.
Con Libia, los levantamientos populares en el Norte de ífrica y Oriente Medio golpean a un gran productor de petróleo, con una extracción diaria de unos 1.7 millones de barriles -de los que exporta el 80% a Europa-, y con las mayores reservas de crudo de ífrica.
De momento, es difícil definir todas las consecuencias económicas de la crisis libia porque dependerán de su duración y de si la tensión política se extiende a otros países, como Arabia Saudí, Irán, Iraq o Nigeria, ya que entonces la caída de la producción y exportación de crudo no se podrá compensar.
Pero los primeros efectos ya se han dejado notar en el encarecimiento del crudo y de la gasolina, cuyos precios están en máximos históricos.
El petróleo Brent del mar del Norte -de referencia en Europa- rozó anteayer en Londres la barrera de los 120 dólares por barril, 18 dólares más que hace una semana, tras la interrupción de las exportación de crudo de Libia y despuíés de que las petroleras Wintershall, Repsol YPF, Total, Eni y BP suspendieran sus actividades de exploración en el país árabe.
El Brent se estabilizó ayer viernes en Londres en torno a 113 dólares.
La mezcla mexicana de exportación descendió seis centavos de dólar respecto a su cotización previa, al cerrar la jornada en 97.69 dólares por barril, informó Petróleos Mexicanos.
En la última semana, el "oro negro" nacional avanzó 9.50 dólares, lo que lo llevó a niveles similares al segundo trimestre de 2008.
El banco UniCredit prevíé que, "incluso si Gadafi es derrocado rápidamente, el precio del petróleo permanecerá en los niveles actuales, al menos a corto plazo".
La Agencia Internacional de la Energía afirmó ayer que Arabia Saudí ya empezó a incrementar su producción para compensar el bajón registrado en Libia, aunque no dio cifras concretas.
Tras los recientes acontecimientos, la producción se habría reducido en, al menos, 500,000 barriles diarios, según la AIE, o detenido completamente, según algunos analistas.
"Los petroleros que se encuentran actualmente cargando quizás puedan abandonar los puertos", pero despuíés "el flujo de exportaciones deberá cesar o quedar muy reducido" por los problemas de seguridad, estimaron los analistas de Barclays en una nota