Otra gran fortuna que apuesta por el ladrillo. La familia gallega Fernández Somoza, propietaria de la compañía de transportes y servicios logísticos Azkar, acaba de cerrar la compra de la sede corporativa de Ono en Madrid, por la que ha pagado algo más de 20 millones de euros, según distintas fuentes del mercado inmobiliario.
De esta manera, el empresario lucense Luis Fernández Somoza (75 años), al que suceden en la gestión del patrimonio familiar sus tres hijas, Belíén, Susana y Elisa, continúa con la tarea de diversificar las inversiones que gestiona a travíés de su oficina familiar Subel, al margen del 53% que posee en Azkar.
Hasta antes de la crisis, la familia Fernández Somoza se había destacado como una de las fortunas privadas más importantes en bolsa a travíés de su sicav Ardizia de Inversiones, un vehículo de inversión de más de 200 millones de euros cuya gestión se han disputado todas las casas de banca privada del país.
La fortuna del empresario gallego gira en torno a Azkar, una firma de transportes de origen vasco que adquirió en 1993 para salvar de la quiebra y que sólo seis años despuíés consiguió sacar a bolsa, aunque su aventura como cotizada duró relativamente poco, pues abandonó el mercado continuo en 2006.
Ono hace caja
Por el lado del vendedor, Ono se abona al formato de sale and lease back al que han recurrido otras compañías para liberar recursos. En su caso, la operadora de cable, que continuará como inquilina del edificio, ingresa más de 20 millones de euros, que irán destinados a reducir su abultada deuda de 3.500 millones con los bancos.
La operación, intermediada por CB Richard Ellis, se formalizó el pasado mes de enero, despuíés de llevar casi nueve meses en el mercado. Las características del inmueble, con necesidades de reforma y ubicado en una zona residencial de Pozuelo de Alarcón, a las afueras de Madrid, hacían más compleja la transacción.