Las entidades son reacias a refinanciar con críéditos al Ejecutivo de Mas, y le instan a lanzar una emisión.
Desesperación. Así describen fuentes financieras la actitud de la Generalitat de Cataluña en su búsqueda de liquidez. La autorización del Estado para permitir una operación de 1.866 millones de euros ha sido un primer paso, y el Ejecutivo de Artur Mas negocia ahora con las entidades financieras tres opciones diferentes, aunque ninguna de ellas está, ni mucho menos, cerrada: refinanciación, críédito sindicado y emisión de bonos.
"Las negociaciones están al 60%", indican fuentes financieras, que auguran que no se verán grandes operaciones hasta abril, aunque las necesidades del Govern empiezan a ser urgentes. Las negociaciones se han establecido con tres entidades principalmente, que son La Caixa, BBVA y Santander, los mayores acreedores financieros, por este orden, de la Generalitat. La fricción de esta última con el tripartito parece haber desaparecido con la llegada de CiU.
La refinanciación de críéditos con distintas entidades no necesita permiso estatal. La Generalitat prefiere esta opción y el críédito sindicado a la colocación a minoristas, porque le ayudaría a distanciarse de la gestión del tripartito, que ya utilizó este vehículo. Pero sindicar un príéstamo con entidades locales parece difícil: ninguna de ellas está dispuesta de momento a asumir en su balance mayores porcentajes de deuda autonómica. La Generalitat ha buscado entidades extranjeras, pero sin demasiado íéxito. "Si la banca local no se atreve, cómo va a hacerlo la de fuera, que no termina de entender la deuda pública autonómica", señalan en una caja colaboradora de la Generalitat.
Mix financiero
Los planes de la Generalitat pasan por terminar utilizando todas las opciones a lo largo del año. "Serán de un coste menor a la última emisión de bonos [que alcanzó un precio del 7,75%] aunque mayor al críédito sindicado firmado en verano pasado", ligeramente por encima del 4%.
Otro de los problemas añadidos para mejorar las condiciones de una futura emisión de bonos es el período de amortización. CiU criticó duramente en la oposición que tuviera un plazo de doce meses. La intención del nuevo Govern era emitir deuda que venciera en dos o tres años. Pero el mercado considera complicado que haya suficiente demanda entre inversores a un plazo tan largo, por la dificultad de vender estos bonos en el mercado secundario en caso de necesidad.
Cataluña necesita 11.662 millones de euros en 2011. El mayor desembolso no llegará, sin embargo, hasta noviembre, cuando hay que devolver 3.000 millones de los bonos.