El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) no cuenta con los recursos necesarios si todas las entidades con díéficit solicitan su ayuda para poder cumplir con la regulación que entrará en vigor a partir de septiembre. Doce entidades deben aumentar capital por 15.152 millones, según el BdE.
Este instrumento dispone en la actualidad de 6.445 millones, con lo que tendría que verse obligado a emitir más deuda a un coste mayor, debido a la rebaja del rating llevada a cabo ayer por Moody's, o ampliar el críédito con distintas entidades.
Los fondos que a día de hoy puede utilizar son los siguientes: 445 millones sobrantes del primer proceso de fusiones, por el que gastó más de 11.500 millones; un críédito puente suscrito con distintos bancos por importe de 3.000 millones el pasado mes de junio; y la deuda emitida en enero por valor de 3.000 millones.
Esta última operación fue mucho más cara que la anterior de características similares debido a la peor calificación del Estado. Mientras que en la primera emisión, de finales de 2009, el FROB tuvo que pagar un diferencial de 25 puntos básicos sobre el índice midswap, en la segunda y última hasta ahora, el coste de la prima subió a los 220 puntos básicos.
Según los presupuestos generales del Estado, el Frob podría endeudarse en 18.000 millones adicionales, ya que fija el gasto máximo de las arcas públicas en 21.000 para sanear el sector financiero.
No obstante, el Gobierno podría ampliar esta cifra, aunque para ello tendría que modificar las cuentas públicas.
No todas las entidades que necesitan dinero van a acudir al FROB, pero los expertos sostienen que en su mayor parte los requerimientos se cubrirán con recursos de esta herramienta estatal.
Hay entidades que ya han hecho los deberes, como Bankinter, que ha lanzado una emisión de bonos convertibles en acciones para alcanzar el mínimo de capital principal del 8% para los grupos que cotizan en bolsa. Los demás tendrán que contar con una solvencia del 10%.