La semana comienza con un escenario de altísimo riesgo para los mercados mundiales. A la escalada del petróleo que ha provocado la fuerte corrección de las últimas semanas hay que añadir la incertidumbre sobre cómo reaccionarán los inversores a la tragedia en Japón. Desde luego, estamos en un momento propicio para un desplome.
Sin embargo, no tiene por quíé ser así. A pesar de esta corrección, Wall Street mantiene su rentabilidad positiva en 2011 y, lo que es más importante, ha demostrado una enorme fortaleza al aguantar sin grandes caídas un escenario tan peligroso. Y esa fortaleza puede continuar ahora con la situación japonesa.
Además, el Banco de Japón anunció ayer una barra libre de liquidez para evitar cualquier problema o ataque especulativo contra el yen, lo cual debe reducir el castigo potencial de los mercados. Y el presidente Obama insiste en la posibilidad de liberar las reservas estratíégicas para frenar la escalada de los combustibles.
Y más allá de este escenario, esta semana tendremos reunión de la Fed, que cobra un interíés inusitado por ver cómo reacciona Bernanke a los acontecimientos en Japón y a la subida de tipos anunciada por Trichet en medio de este caos internacional. Sobre todo ante las presiones inflacionistas que implica la escalada del crudo.
Hoy lunes toda la atención se centrará en la reacción de los mercados al desastre en Japón, y no habrá noticias relevantes en EEUU. El martes sí las habrá, como el índice Empire State de actividad en Nueva York, los precios de importación o el índice de la Asociación de Promotores. Y tendremos la cita estelar de la semana: la reunión de la Fed.
El miíércoles conoceremos las viviendas iniciadas y los precios industriales. El jueves será el día del IPC, para el que se espera un aumento del 0,4%, las demandas de subsidios, el indicador adelantado (previsión del 0,9%) y el índice de la Fed de Filadelfia (se espera una recaída a 28). El viernes no habrá referencias para el mercado.