Si en cualquier mudanza, por pequeña que sea, se dejan cosas por el camino, todavía más en un proceso largo y complicado, como es un cambio de sociedad y una salida a bolsa. En los últimos cinco años, Amadeus no sólo ha multiplicado por dos el valor de su empresa sino que, en el proceso, ha convertido en papel mojado los 11,5 millones de títulos de la filial que fue excluida del mercado en 2005 y que actualmente está en manos de accionistas minoritarios.
La proveedora tecnológica para la industria del viaje fue excluida del mercado en octubre, despuíés de que WAM Adquisition (una sociedad formada por Iberia, Air France, Lufthansa y dos firmas de capital riesgo, BC Partners y Cinven) lanzara una opa de exclusión por el 100 por cien del capital.
En aquel momento, la compañía fue valorada en 4.336 millones de euros y se pagó 7,35 euros por acción. Tras la operación, WAM, que luego pasó a llamarse Amadeus IT Holding, se hizo con el 99,73% de Amadeus IT Group, quedando un 0,27% de la compañía en manos de los accionistas minoritarios.
Despuíés de cinco años y una crisis de la que no se ha escapado el sector turístico, que ha visto como los ingresos caían hasta un 11,2% en 2009, la salida a bolsa de la mayor compañía de gestión de viajes del mundo (tiene una cuota de mercado del 37%) ha generado unas plusvalías de 3.000 millones de euros a sus inversores institucionales.
Es decir, los títulos de las aerolíneas, las firmas de capital riesgo que operan a travíés de Amadecin e Idomeneo -recibe el nombre de una ópera en tres actos de Wolfang Amadeus Mozart- y la alta dirección, que entró en el accionariado de la compañía tras una ampliación de capital que se hizo en mayo de 2006 para dar cabida al equipo directivo a un euro el título y a la que no se permitió acudir a los minoritarios, salieron a cotizar a 11 euros, gracias a que la empresa fue valorada en 7.300 millones de euros.
A lo largo de este recorrido, los trabajadores y la alta dirección han logrado unas primas de 301 millones de euros (44 millones para la alta dirección y 10 millones para el presidente del consejo, Josíé Antonio Tazón).
Unas primas de las que no se ha dejado participar a los accionistas de Amadeus IT Group, que han visto cómo, tras la salida a bolsa, sus títulos se han quedado atrapados en la antigua sociedad.
La sociedad que ahora cotiza, Amadeus IT Holding, es diferente de Amadeus IT Group, y por tanto los minoritarios con acciones de esta última no pueden operar con sus títulos en el mercado secundario, ni beneficiarse de los dividendos a repartir.
Fuentes de la tecnológica reconocen que esta situación no es deseable y aseguran que, pese a no estar obligados a ello, están buscando alternativas para poder dar una salida y liquidez a los antiguos accionistas de Amadeus Group.
Desde la compañía aseguran que están barajando varias opciones. Una de ellas puede ser reabrir una vez más el plazo de suscripción para que los minoritarios puedan vender sus acciones a la compañía a 7,35 euros, el precio de la opa de 2005, lo que implicaría un desembolso de 84,5 millones de euros por parte de la tecnológica; o convertir sus títulos en acciones de Amadeus IT Holding, para que operen con ellas en el mercado secundario.
Fuerte apalancamiento
Este largo proceso ha dado pie a una reestructuración de la compañía, gracias a unos fuertes niveles de apalancamiento y a un cambio de sociedad. Para financiar la opa, Amadeus obtuvo de los bancos 4.300 millones de euros y de los 872 millones que aportaron los inversores, el 80 por ciento provenía de financiación externa.
En este sentido, en 2006 la compañía presidida desde enero de 2011 por Luis Maroto pidió un críédito de 2.934 millones para pagar un dividendo de los cuales 9,9 millones fueron a parar a los minoritarios y 2.925 millones a pagar parte de críédito bancario.
La coyuntura, que ha dejado en el limbo a los accionistas minoritarios, hoy en día no se podría repetir, debido a la inclusión de una serie de acciones en 2007 en el Real Decreto de Ofertas Públicas de Acciones (opa). Hace dos año se incluyó en la norma un artículo que obliga a la compraventa forzosa de acciones en las opas de exclusión. Así, el accionista está obligado a vender y el oferente a comprar siempre que la opa haya tenido un aceptación del 90% y este haya logrado hacerse con más del 90% de la compañía.