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Autor Tema: Abducciones.  (Leído 2358 veces)

Scientia

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Abducciones.
« en: Diciembre 11, 2007, 09:44:00 pm »

 
Quienes dicen haber sido testigos o sufrido una supuesta abducción, suelen relatar el haber entrado a una sala como un laboratorio, donde los extraterrestres realizarí­an sus experimentos. Sea cual sea el caso, tras ser retornados del secuestro algunos comentan tener alguna anomalí­a en su organismo, tales como presencia de objetos metálicos dentro del cuerpo (implantes extraterrestres).

Otra caracterí­stica es que los testigos aseguran haber sufrido un lapso importante de "tiempo perdido", es decir, que sienten una rara sensación de haber pasado un tiempo prolongado, pero no recuerdan absolutamente nada o casi nada de ese lapso transcurrido.

La abducción estarí­a precedida por la píérdida de la voluntad y de la conciencia. El interior de la nave a donde serí­an conducidos los abducidos, por lo general es descrito como una sala redonda y con cúpula, iluminada por una luz difusa que parece salir de las paredes y del piso.

Otros puntos en común serí­an: pesadillas reiterativas, cicatrices o marcas en el cuerpo de origen desconocido, fobias repentinas a objetos, olores o ruidos.

Lo interesante es que la mayorí­a de los supuestos abducidos a lo largo y ancho del planeta cuentan, sin conocerse entre sí­, casi las mismas historias de los acontecimientos.

Por su parte, el folklorista Thomas E. Bullard realizó un estudio sobre trescientos nueve casos de este tipo, mostrando que siguen cierto orden y en el que destacan ocho episodios clave. A saber: captura, examen, deliberación, excursión, viaje a otros mundos, teofaní­a, regreso y consecuencias. Si bien todos los elementos no aparecen en todos los casos, sí­ hay un 84 por ciento de situaciones en los que el orden se cumple.


Una caracterí­stica fundamental que dicen vivir los supuestos abducidos es la amnesia o «tiempo perdido», en el argot que popularizó al principio de la díécada de los ochenta el investigador neoyorquino Budd Hopkins, autor del libro "Missing Time", en 1981. Esta amnesia casi siempre impide a los protagonistas recordar el meollo del incidente. Por ejemplo, una persona vive una situación extraña de una supuesta abducción o visita extraterrestre a una determinada hora. Más tarde, al mirar su reloj, ve que han pasado varias horas, pero no recuerda bien quíé ocurrió en ese lapso. "Siente" que ha pasado un lapso de tiempo, del cual no recuerda bien quíé aconteció. A veces son horas, y otras, dí­as.

Lo ocurrido durante ese tiempo perdido supuestamente puede saberse mediante regresión hipnótica, mediante las cuales se somete al abducido a un estado de hiperrelajación en el que las imágenes que la memoria consciente se resiste a recordar afloran progresivamente. Es muy posible que el abducido recuerde el principio del episodio: por ejemplo, una luz muy fuerte que le cierra el paso mientras viaja de noche en su automóvil; una estrella que cae del cielo y se posa en un prado cercano, donde se resuelve en un «platillo volante», un súbito paro de todos los sistemas elíéctricos del automóvil, un tiempo perdido, unas horas en las que el sujeto no sabe dónde ha estado, etc.

Mediante la regresión hipnótica, profesionales como el psiquiatra norteamericano Leo Sprinkle, el psiquiatra de la misma nacionalidad Berthold Schwarzy el hipnólogo e ingeniero, tambiíén estadounidense, James Harder, han conseguido obtener relatos de varios centenares de abducciones. Este último investigador llegó a estudiar 104 casos, de los cuales el 39 por ciento eran varones y un 16 por ciento se trataba de niños acompañados de adultos. El 50 por ciento eran parados o trabajadores no especializados, un 10 por ciento oficinistas y alrededor de un 5 por ciento estudiantes universitarios. Lo que en lí­neas generales «implica un nivel ocupacional o educativo relativamente elevado».

Hay algo que sorprende de entrada en estos testimonios, y es su enorme coherencia, así­ como el parecido que todos presentan entre si. Hasta tal punto es así­ porque, según explica el estudioso británico John Rimmeren su obra The Evidence for Alien Abductions (1984), basándose solamente en relatos bien documentados ha podido construir un «modelo» de abducción, según el cual las personas abducidas (pertenecientes a ambos sexos, aunque con preponderancia del masculino) son seres humanos sanos, normales y no interesados particularmente por el problema OVNI

El investigador español Antonio Ribera a este respecto, en su obra Secuestrado por Extraterrestres (1981), escribe: «Los sujetos, por lo general, recuerdan el principio y el final del episodio, pero la parte central del mismo –la más importante– ha sido borrada de su mente consciente. Este "borrado" ha sido hecho sin duda mediante la hipnosis: se les ha impuesto un bloqueo para que no recuerden unas experiencias, que en ocasiones podrí­an resultar muy traumáticas».

El problema es que la tíécnica de regresión hipnótica no es en absoluto fiable. La hipnosis es un estado en el que el individuo es altamente sugestionable y está demostrado que no es fiable en absoluto a la hora de relatar recuerdos veraces. Peor todaví­a, en estado de hipnosis se tiende a inventar recuerdos, con lo que la regresión hipnótica pasa de ser un argumento a favor a un argumento en contra de la tesis ufológica de las abducciones. Aunque tambiíén hay que decir que esto no explica los supuestos sucesos de "tiempo perdido" y las supuestas marcas y/o cicatrices en el cuerpo de los supuestos abducidos.

En relación a los casos de quienes relatan haber sido "secuestrados" mientras caminaban, trabajaban, o incluso cuando conducí­an su automóvil, se explicarí­an por el papel de las influencias culturales. Esta explicación se basa en que los relatos de abducción se han incrementado despuíés de que las historias sobre extraterrestres y las abducciones empezasen a aparecer en el cine y la televisión. La historia de los Hill fue popularizada por el periodista John G. Fuller, dando comienzo a una era de supuestas abducciones que seguí­an un patrón similar al descrito por los Hill, hoy en dí­a asumido culturalmente. Esto en teorí­a dificulta el trabajo de los ufólogos, ya que deben descartar los casos en los que se demuestra que la "ví­ctima" solo tuvo un episodio paranoico, por lo que resulta más complicado dar con casos en los que aparentemente sí­ sucedió una abducción real.

Igualmente muchos de los individuos que dicen haber sido abduccidos, se les ha hecho recordar el supuesto suceso mediante hipnosis. Lo cual puede permitir que el individuo sea sugestionado o autosugestionado mediante hipnosis, induciíéndole, voluntaria o involuntariamente, falsos recuerdos.

Todas estas posibles explicaciones, según los creyentes, indican que no alcanzarí­an a ser totales ya que habrí­a casos de personas que dicen haber sido abducidas y habrí­an aparecido con cicatrices o marcas en el cuerpo de origen que no tení­an el dí­a anterior, e incluso, a muchas se les han detectado pequeñí­simos objetos compuestos por metales y/o cristales (implantes) en diversas zonas del cuerpo, como la narí­z, cráneo, orejas, pies y manos. Localizados con el escáner y por radiografí­as, algunos se han extraí­do para ser examinados.

Los creyentes indican que sin ir más lejos, el 25 de septiembre de 1986 la revista norteamericana "Nature" publicaba una inquietante carta firmada por siete miembros del Departamento de Geníética del Hospital Wiston Churchill, de Oxford, en la que pedí­an ayuda para identificar un misterioso objeto que habí­an detectado en unos rutinarios análisis cromosómicos de un paciente. Hasta hoy ninguno de los intentos de aclarar el enigma han resultado válidos, y este «implante» sigue desafiando a la opinión míédica.