Las cajas ultiman sus movimientos. Tanto las cajas solventes como las que necesitan elevar su solvencia para cumplir con la nueva regulación. Las primeras para ganar tamaño y cuota de mercado y las segundas para reforzar su capital. Uno de los proyectos históricos podría salir adelante en los próximos meses.
El impasse que vive el proceso de unión de las cajas vascas podría desbloquearse en breve, como consecuencia de los debates internos que se están produciendo en el PNV y que parece que se podrían decantar por no impedir la operación. Los presidentes de BBK y Caja Vital han clamado en las última semanas porque se reactiven sus negociaciones para la integración inicial a dos.
Todo depende ahora el PNV de ílava, ya que en Vizcaya han dejado claro que se decantan por el SIP y desde Guipúzcoa comienzan a señalar que la decisión la deben tomar las entidades. A la vista de la rapidez con que se suceden los acontecimientos del mundo financiero y el riesgo de que Caja Vital y Kutxa se queden fuera del mapa de las entidades influyentes, parece que el PNV podría levantar su bloqueo.
Dos fases
La unión no necesitaría ayudas del Frob, dado que las entidades vascas se encuentran entre las más solventes del sistema de cajas. La unión se produciría en dos fases, comenzaría con un SIP entre Caja Vital y BBK, para despuíés animar a Kutxa a que se sume. La entidad resultante tendría unos activos cercanos a los 80.000 millones.
Desde el Gobierno vasco, el consejero de Economía, Carlos Aguirre, tiene claro que "si quieres actuar en el sector financiero actual, tienes que ir a tener dimensión". Advierte que si se opta porque alguna caja permanezca en solitario se quedaría reducida a una "pequeña caja de príéstamos al consumo e hipotecarios" y renunciaría a acompañar a las empresas vascas en su crecimiento e internacionalización.
Para Aguirre lo importante es que se configure "una gran entidad financiera muy solvente y vasca; mucho más que una entidad vasca y si se puede muy solvente". El consejero insiste en defender el modelo SIP, por sus menores complicaciones y señala que si el PNV desbloquea la situación "es cuestión de días que se inicie el acercamiento definitivo para un SIP a dos".
Con la operación, las tres cajas ganarían el tamaño que necesitan y equipararían su volumen de activos al conjunto del sector. El resto de entidades ha descartado, por el momento, llevar a cabo nuevas fusiones, aunque el Banco de España presiona a varios grupos para otra reestructuración profunda del sistema financiero.
La mayor parte de las cajas está dispuesta a pedir más ayudas al Frob -es decir, la nacionalización parcial- para conseguir los recursos que necesitan, superiores a los 14.000 millones. Sólo Bankia, el SIP de Caja Madrid, tiene posibilidades serias de salir a bolsa a buen precio y conseguir los fondos suficientes para cumplir con la normativa. El resto ya se inclina por dar entrada al Estado en su capital, que rondaría el 40 por ciento, ante las bajas valoraciones de los activos del sector.