Las empresas relacionadas con las renovables vuelven a estar de moda. El caos en la central nuclear de Fukushima y su impacto en las políticas energíéticas de países como Alemania han disparado a estos valores. Solaria ha escalado el 40% en dos semanas, aunque expertos consultados creen que los inversores aún no quieren pagar por negocios a largo plazo.
¿Subidas pasajeras o consolidación de las energías renovables? El terremoto de Japón y la crisis que se vive en Fukushima ha alertado a medio mundo sobre los potenciales riesgos de las centrales nucleares. Los mercados, pendientes de tambiíén de la crisis de Libia y los riesgos –muy limitados- de desabastecimiento de petróleo, han reaccionado con un trasvase de dinero hacia las empresas productoras de energías renovables.
Estas compañías, por lo general, han sido maltratadas en bolsa durante los últimos dos años tras vivir poco antes su propia burbuja. Esa sobreventa tambiíén justifica el rally que ha vivido el sector desde el 11 de marzo, día en que la tierra tembló en el país del sol naciente. Los principales índices relacionados con las energías renovables han subido en torno al 10%, aunque hay compañías que han mejorado ese comportamiento.
Solaria, que desde máximos acumula un descenso del 90%, se ha revalorizado algo más del 40% desde el 11 de marzo, por lo que en el presente curso acumula un ascenso del 70%. Fersa ha ganado en la presente crisis alrededor del 20%, aunque el productor de energía eólica pierde desde 2007, año en que marcó su máximo histórico, cerca del 88%. Iberdrola Renovables, Acciona, Abengoa y Gamesa valen ahora un 10% más que hace dos semanas.
Evolución de Solaria en un mes
“¿Es sostenible esta recuperación? Hay que ver los años recientes. Los inversores no están dispuestos a pagar por potencial de crecimientoâ€, explica un analista de elíéctricas de un banco extranjero que prefiere guardar privacidad. “Ha habido recortes en inversiones, bajada de precios de la energía, existen incertidumbres regulatorias. El entorno es peor de lo esperadoâ€.
Michael Obuchowski, de First Empire Asset Management, cree que la demanda de energía renovable no crecerá de forma rápida pese al actual contexto. “La histeria que ha impulsado los productores de energía solar no está asegurada por el daño en Japón […] En el futuro podría llevar a cambios en políticas y la restauración de los incentivos, pero no creo que eso suceda ahoraâ€, comenta en una entrevista a Bloomberg.
Los inversores no quieren invertir todavía en negocios a largo plazo, algo que sí ocurrió en 2007 cuando Iberdrola sacó a bolsa su filial de renovables a 5,3 euros por acción. Tres años más tarde, la va a absorber a poco más de 3 euros, una decisión que ha enervado a algunos fondos de inversión que tienen acciones de Iberdrola Renovables, como Blackrock, aunque cuenta con el plácet de la asociación de minoritarios AEMEC.
Lo de Japón, según el experto consultado por este portal, “tangiblemente no tiene grandes implicaciones, aunque a medio plazo puede mejorar las perspectivas para las renovablesâ€. Desde luego, el impacto del accidente se ha trasladado a toda velocidad a otros países como Alemania, que depende en un 25% de la energía nuclear. Poco despuíés del suceso, la canciller Angela Merkel mandó cerrar de forma temporal siete centrales construidas antes de 1980.
Algunas voces tildaron la decisión de electoralista, aunque a la mandataria germana le sirvió de poco. Los Verdes, en coalición con los socialdemócratas, le han arrebatado el bastión del rico estado Baden-Wí¼rttemberg en una campaña marcada por el debate nuclear tras la desgracia nipona. El presidente de los socialdemócratas (SPD), Sigmar Gabriel, dijo poco despuíés de conocerse los resultados que las elecciones fueron “un referíéndum contra la energía nuclear y la gente decidió que no la quiereâ€, recoge la agencia EFE.
Japón, que depende en un 30% de la energía nuclear, tiene cuatro centrales paralizadas con el consecuente impacto en la economía. TEPCO, la empresa que gestiona Fukushima, ha perdido el 70% en bolsa desde que estallase la crisis, e incluso se especula con que podría ser nacionalizada. Para compensar la caída de la producción de las nucleares, tendrá que incrementar la actividad en las tíérmicas, con el consecuente aumento de las emisiones.
RECUPERACIí“N ECONí“MICA, RECUPERACIí“N DE LAS RENOVABLES
Los valores de energía limpia necesitan, según un experto del sector, “una recuperación económica afianzadaâ€. “Tengo dudas de que hayamos llegado a ese punto de inflexiónâ€, añade, aunque reconoce que en el caso español ha habido mejoras, como la caída de la prima de riesgo, mayor visibilidad regulatoria y subida de los precios de la energía. El experto cree que la OPA sobre Renovables crea expectación en otros valores como la filial de renovables de EDP.
Pese a que en Europa existen unos objetivos de inversión en energía renovable muy altos, tambiíén es verdad que el marco regulatorio no está demasiado claro en países como España (tampoco en EE UU, donde la extensión de las primas está en entredicho). China lideró las inversiones en renovables en 2010, mientras que Alemania superó a EE UU como segundo mercado, según recoge Bloomberg de un informe de Pew Charitable Trusts.
El escaso apetito del inversor por las empresas cotizadas del sector -exceptuando el último empujón alcista- contrasta con los 243.000 millones de dólares que a escala planetaria se invirtieron en renovables en 2010, un 30% más que en el año precedente. El crecimiento en China fue del 39% hasta los 54.400 millones, lo que le convierte en el mayor productor de turbinas eólicas y módulos solares, además de superar a EE UU en potencia instalada.
Un ejemplo que ilustra el poderío del dragón asiático es la salida a bolsa que prepara China Huadian, cuarta elíéctrica del país, de su filial de energía limpia por unos 1.500 millones de dólares. La división de Huadian cotizará en Hong Kong en la segunda mitad del año, según una información de la agencia Bloomberg. “Hay un buen sentimiento de mercado para la energía renovableâ€, dice Dave Dai, analista de Daiwa Securities Capital.