El Tesoro español ha colocado hoy un total de 4.659 millones de euros en letras a 12 y 18 meses, en la parte baja del rango previsto. Además, ha tenido que elevar el precio.
En un momento delicado para Portugal y justo en el preciso momento en el que los inversores comienzan a hacer distinción entre la economía lusa y la española, el Tesoro ha vuelto a enfrentarse al veredicto del mercado. El resultado, sin embargo, podía haber sido más optimista. El organismo público ha colocado 4.659 millones de euros en letras a 12 y 18 meses, en la parte baja del rango previsto, ya que se esperaba subastar entre 4.500 y 5.500 millones.
Como ingrediente añadido se ha tenido que elevar el precio. En las letras a 12 meses, el tipo de interíés medio se ha situado en el 2,77%, frente al 2,128% de la anterior colocación celebrada en marzo. El bid to cover, por su parte, ha sido de 1,63 veces en contraste con el de 2,37 veces previo. Para las de 18 meses el precio ha sido del 3,364%, por encima del 2,436% de la subasta anterior, mientras que el bid to cover ha sido de 2,04 veces frente al de 3,51 veces.
El próximo miíércoles, el Tesoro emitirá obligaciones a diez años con un cupón del 5,50% y realizará una subasta adicional de obligaciones con un cupón del 4,80% y con vencimiento a 31 de enero del año 2024.
En la última subasta de letras a 12 y 18 meses el Tesoro cumplió sus expectativas al colocar 5.500 millones de euros en letras a tipos más reducidos, a pesar de que coincidió con la rebaja de la nota española por parte de Moody's. De hecho, el Tesoro superó la cifra que esperaba colocar entre los inversores (5.000 millones) y se acercó al máximo previsto (6.000), gracias a una demanda que rozó los 14.800 millones de euros.
En el caso de las obligaciones a diez años, la última emisión se celebró el pasado 17 de marzo y se saldó con una colocación de 3.218,93 millones a un tipo de interíés ligeramente más reducido.
De hecho, las subastas que se han celebrado en lo que va de año se han cerrado con íéxito pese a la caída de Portugal, el repunte de los precios del petróleo motivado por las revueltas árabes y las dudas de los mercados suscitadas por el mecanismo de rescate permanente y la esperada subida de tipos de interíés.