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Autor Tema: LOS FINLANDESES SON SIMPíTICOS  (Leído 294 veces)

Orpheo

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LOS FINLANDESES SON SIMPíTICOS
« en: Abril 27, 2011, 12:31:54 pm »
Uno de los más enormí­simos problemas de las realidades sociales y vivenciales de nuestra realidad humana es que se tienden a politizar cosas que son única y exclusivamente económicas. No entro en si se hace de forma consciente a fin de obtener ríéditos que de otra forma no se obtendrí­an, o no, pero lo cierto es que distorsionan esas realidades de tal forma que, al final, casi son irreconocibles. Es lo que se ha hecho, pienso, con los resultados de las pasadas elecciones habidas en Finlandia.

 

Lo único que ha faltado (de momento, que yo sepa, aún no se ha hecho) ha sido un montaje photoshopí­stico en el que Mr. Timo Soini luciese un bigote cuadrado bajo su nariz y una esvástica en su brazo derecho: menos nazi se ha le llamado de todo, a íél, a su partido y a quienes le han votado; lo más suave que de esas personas se ha dicho es que eran insolidarias y populistas. El pasado dí­a 21 Uds. leyeron aquí­ un párrafo mí­o en el que comentaba que las personas que dieron soporte a esa formación pensaban en sus pensiones, en que las cosas, en el paí­s de los mil lagos, no iban tan bien como habí­an ido hace unos años, que pensaban en sus problemas, lo que fue cierto, pero vayamos hoy un poco más allá.

 

Más allá: el votante finlandíés que dio su voto a ese partido lo estaba dando a un mensaje simple y directo: rescatar a paí­ses significa transferir fondos finlandeses a economí­as que han hecho mal lo que han hecho, que han derrochado, razón por la que tienen problemas, cuando la verdad es que eso es tan sólo una parte del problema: ¿sabí­an esas y esos votantes que al rescatar a un paí­s están rescatando a las entidades financieras que posibilitaron que esos paí­ses se dirigiesen al pozo en el que ahora se hallan?.

 

Es decir, el problema no han sido tanto los paí­ses que ahora tienen problemas como lo que ha estado sucediendo en esos paí­ses. Los paí­ses hasta ahora rescatados y los próximos que puedan serlo (si es que hay alguno más) no hubieran llegado donde han llegado si no hubiese sido por ese ilimitado críédito que el casino financiero europeo les concedió: pudieron consumir (recuerden: todo es consumo) lo que quisieron y sin lí­mite: ¿cuánto se beneficiaron las empresas finlandesas y las entidades financieras finlandesas de ese proceso?. Puede que poco, puede que poco.

 

Más. Tambiíén Mr. Soini y su formación enarbolaron la bandera del excesivo poder de Bruselas, su centralismo, y alabaron la sabia decisión tomada por Suecia y Dinamarca de no integrarse en el euro, lo que equivale a decir que quienes hicieron que Finlandia se diluyera en la moneda única se equivocaron. Autíénticos Finlandeses roza lateralmente un problema que es previo al nacimiento de la UE y de la UEM: no existe una única Europa, sino varias. Suecia y Dinamarca pienso que han hecho muy bien en no integrarse en el euro: no lo necesitan en absoluto: su estructura de PIB, su productividad, el tamaño de su población, la solidez de sus coronas, la internacionalización de sus economí­as hací­a innecesario que se metieran en el área euro: si la SKR y DKR se hubieran integrado en el euro, ¿hubieran ido mejor las economí­as de ambos paí­ses?, pienso que no, y aunque en el caso del Marco Finlandíés no lo tengo tan claro, es lógico que ahora que las cosas van mal empiecen a plantearse eso en el paí­s nórdico.

 

El Paí­s del 21.04.2011, en su Pág. 3, publica una muy gráfica entrevista a Mr. Timo Soini, les sugiero que la lean. Pienso que es una persona, o muy idealista o muy práctico (me inclino por lo segundo). Argumenta que Finlandia ha sido de los poquí­simos paí­ses que han cumplido las reglas que en Europa se han ido poniendo, que otros no lo han hecho -y cita textualmente a Alemania-, y sin embargo ahora son ellos quienes tambiíén tienen que apechugar con los errores de otros. Partiendo de la base de que el lí­der del tercer partido más votado sabe que a los poderosos se les permiten cosas que a los díébiles no se les permite (Finlandia fue un paí­s dominado durante siglos por Suecia), el argumento tiene una lógica aplastante, lo que sucede es que, independientemente de lo saneados que los díébiles estíén, los díébiles siempre tienen que estar al pie del cañón, o eso, no haber entrado en la fortaleza, como hicieron Suecia y Dinamarca, ya. (Paí­ses que entrarán cuando sea conveniente que entren, faltarí­a más).

 

En la entrevista citada, el lí­der de AF deja muy claro que no desea crear una crisis en la UE: seguro que ya ha sido llamado al orden, pero sus palabras puedes ser utilizadas como un argumento de peso de cara a sugerir a los rescatados / a rescatar que deben hacer más a fin de suavizar resistencias, es decir, el mensaje de esa formación puede ser un fantástico elemento de presión para encarecer la ayuda y convencer a los Gobiernos de los ayudados para que recorten más y para que estrujen más a sus poblaciones.

 

De cara a la opinión pública finlandesa -y no sólo- ese mensaje tan sofisticado es simplificable: hace seis, siete años, cuando las cosas iban bien, pues bueno, habí­a mucho para todos; ya: de aquellos polvos son estos lodos, pero aquí­, en casa, no nos faltaba nada; pero ahora, ¿por quíé tenemos que soportar más carencias de las que ya vamos a tener que soportar sólo porque otros hicieran en el pasado cosas indebidas permitidas por una burocracia bruselense que no funciona?. Es simple, ya, e incompleto, pero lógico y con mucha verdad en lo cotidiano: ¿por quíé tener una peor sanidad de la que se tení­a, una no tan buena como la que se podrí­a tener para dar a otros de los que se ignora cómo van a gastar?.

 

Y volvemos al principio: ¿por quíé se politizan cosas que no son puramente económicas?, ¿por quíé se ponen carteles que, pienso, no corresponden a la realidad?. En el planeta, en Europa, se ha instalado un problema de escasez, de escasez de casi todo: eso es lo que subyace a la crisis sistíémica en la que nos hallamos. Existe ya un problema de asignación de recursos, de optimización, de eficiencia en su uso, y eso no tiene nada que ver con la polí­tica. Ni en Finlandia ni en ninguna parte.

 

Por cierto: en la misma entrevista Mr. Soini dice que los finlandeses son simpáticos, suscribo eso al cien por cien: lo son, y mucho.

 

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí­a IQS. Universidad Ramon Llull.


En individuos, la locura es rara; en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla", Nietzsche.