El semanario británico The Economist considera "difícil" que la "descentralizada España" pueda cumplir con su objetivo de reducir el díéficit público hasta el 6% del PIB este año por culpa de las comunidades autónomas e incide en las consecuencias que podría tener en los "nerviosos mercados de deuda" que otras autonomías se sumen al rechazo catalán a aplicar los ajustes necesarios para reducir el díéficit según los objetivos previstos.
En un artículo titulado 'Regiones para estar preocupados', The Economist recuerda que en España los 17 gobiernos autonómicos representan el 37% del gasto público del país.
En este sentido, el semanario añade que el pasado año España se tambaleaba en el mismo borde del que se han caído Portugal, Grecia e Irlanda y que ha sólo ha conseguido dar un paso atrás gracias al recorte del díéficit presupuestario, que superaba el 11% en 2009, llevado a cabo por el Gobierno.
En concreto, el diario hace mención a la situación de Cataluña, una región "con una larga tradición separatista", pero en la que las últimas protestas de los ciudadanos tiene más que ver con la crisis del euro que con el movimiento independentista.
Así, recalca que el pasado año Cataluña fue una de las regiones "más derrochadoras" y superó su objetivo de díéficit en 2,4 puntos porcentuales. Sin embargo, incide que otras regiones lo hicieron incluso peor, como Castilla-La Mancha, que generó un díéficit del 6,5%. "En general, el díéficit de las comunidades ascendió al 2,83% del PIB, de un díéficit nacional de 9,24%", añade.
"Revuelta a la catalana"
Además, subraya que desde Cataluña, el consejero de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell, advirtió de que el objetivo de díéficit para este año requeriría un recorte del gasto del 20%, algo que ningún país puede hacer, y pidió más tiempo. Así, The Economist remarca que Cataluña ha prometido reducir el gasto en un 10% y dice que la comunidad representa la "rebelión".
En su opinión, ahí radica el gran problema, porque si la región se niega a hacer más recortes, podría añadir un 0,25% del PIB al díéficit español. ¿Y quíé podrían pensar los nerviosos mercados de deuda si otras regiones se suman a una revuelta catalana?", se pregunta.
Al mismo tiempo, muestra su preocupación ante la posibilidad de que despuíés de las elecciones autonómicas del 22 mayo ocurra como en Cataluña y se destape que otras comunidades tienen un mayor díéficit del reconocido. "¿Hay algún gasto escondido? Hay pocas evidencias sólidas, pero muchas sospechas: el Gobierno está imponiendo ahora informes trimestrales", remarca.